El compromiso con el planeta se debate en la cumbre de Río

Un total de 86 jefes de Estado aprobarán en la ciudad brasileña un documento que ya recibió la luz verde de todas las delegaciones tras meses de negociaciones

Manifestantes ecologistas en la calles de Río de Janeiro.
Manifestantes ecologistas en la calles de Río de Janeiro.
Afp / Río De Janeiro

21 de junio 2012 - 05:01

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, inauguró ayer la cumbre Río+20 sobre desarrollo sostenible, considerada una oportunidad histórica para impulsar un acuerdo mundial que frene la degradación ambiental del planeta y combata la pobreza.

Un total de 86 jefes de Estado y de Gobierno participarán en la cumbre, que se extenderá hasta mañana.

La cumbre sobre desarrollo sostenible Río+20, la mayor jamás celebrada en la historia de la ONU, tiene lugar 20 años después de la Cumbre de la Tierra de 1992, que tomó decisiones para hacer frente al cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la desertificación.

Desde la Cumbre de la Tierra "el progreso ha sido demasiado lento. Ahora tenemos una segunda oportunidad. Estoy satisfecho de que las negociaciones han llegado a una conclusión satisfactoria. Un histórico acuerdo está al alcance", dijo Ban Ki-moon.

"El mundo está observando si las palabras se traducen en acciones, como sabemos que sucederá. Río+20 no es un final, es un comienzo. Es hora de que todos pensemos globalmente y a largo plazo, empezando aquí ahora en Río, porque el tiempo no está de nuestro lado", añadió.

"No tengo dudas de que estaremos a la altura de los desafíos que la situación global nos impone", afirmó por su parte la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, al asumir la jefatura de la conferencia Río+20.

"Estoy confundida y enojada por el estado del mundo; quiero que esto cambie. ¿Están aquí para salvar su imagen o salvarnos a nosotros?", preguntó a los líderes Brittany Trifold, una neozelandesa de 17 años que con su discurso en la ceremonia de apertura buscó inspirar a los líderes y alentarlos a tomar acciones concretas que beneficien a la humanidad a largo plazo.

Los líderes mundiales o sus representantes de 193 países tomarán la palabra en los tres días de la cumbre, llamada a aprobar un documento que ya recibió la luz verde de todas las delegaciones el martes, tras meses de intensas negociaciones.

No todos quedaron conformes con el texto, que adopta el concepto de economía verde, fortalece el Pnuma (Programa de la ONU sobre Medio Ambiente), y lanza los Objetivos de Desarrollo Sostenible que comprometerán a los países con metas sociales y ambientales y sustituirán los Objetivos de Desarrollo del Milenio de la ONU, que expiran en 2015.

"Nadie en esa habitación donde se adoptó el texto estaba contento. Es débil. Y todos los sabían", dijo la comisionada europea para el cambio climático, Connie Hedegaard, en su cuenta Twitter.

El acuerdo sobre el texto final, logrado el martes y que debe ser aprobado por los líderes el viernes, ahuyenta el fantasma de la cumbre de Copenhague de 2009, cuando los negociadores dejaron las discusiones en manos de los líderes y la reunión fracasó.

Pero los ambientalistas han criticado fuertemente el texto. "El documento no tiene la ambición necesaria para salvar al planeta o a los pobres. (...) Este resultado mínimo señala la falta de valentía política" de quienes lo adoptaron, afirmó Meena Raman, de la organización Third World Network.

En la cumbre participan el primer ministro chino Wen Jiabao, el ruso Dimitri Medvedev y el indio Manmohan Singh, así como el presidente francés François Hollande, el surafricano Jacob Zuma, el iraní Mahmud Ahmadinejad, el cubano Raúl Castro y la mayoría de los latinoamericanos. Pero también hay sonadas ausencias, como las del líder estadounidense Barack Obama.

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