El físico José Luis Crespo comparte las claves técnicas del gran apagón de España: "Los desajustes en la frecuencia pueden echar el sistema abajo"

El especialista explica en redes sociales algunos conceptos importantes para entender el funcionamiento de la red eléctrica

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El físico explica algunos conceptos relacionados con la red eléctrica / Efe

El lunes 28 de abril ha estado marcado por el apagón masivo que ha afectado a la península Ibérica. La prensa internacional se ha hecho eco de la noticia durante el espacio de tiempo en que España ha permanecido "a oscuras" y, con los suministros eléctricos ya restaurados, continúan las preguntas para entender qué es lo que ha sucedido.

Al margen de los numerosos bulos y teorías conspiratorias surgidas a raíz de los recientes acontecimientos, el corte se ha producido por "una fuerte oscilación del flujo de potencia" acompañada de una pérdida de generación "muy importante", conforme a lo que la Red Eléctrica (REE) ha identificado como una de las causas iniciales para el "colapso total" del sistema eléctrico peninsular español. "El sistema no fue capaz de sobrevivir a esta perturbación tan extrema y se originó el cero de tensión", tal y como ha explicado en una rueda de prensa el director de Servicios a la Operación de la REE, Eduardo Prieto.

Las claves del sistema eléctrico

"Todo el sistema eléctrico está hecho para que funcione a una frecuencia determinada", explica en redes sociales el físico José Luis Crespo Cepeda (@QuantumFracture). "En Europa, la electricidad que llega a nuestras casas tiene un valor de tensión eficaz de 230 Voltios (V) y una frecuencia de 50 hercios (Hz)". Es decir, "ir y venir 50 veces por segundo".

Como asegura el especialista, estos datos pueden variar en el caso de residir en otras zonas. Sin embargo, "la norma fundamental e inquebrantable es que la frecuencia debe mantenerse siempre constante". Para poner en situación a sus 395 mil seguidores en X, el físico recuerda "la regla de oro que dice que la generación debe ser igual a la demanda" y asegura que es algo imprescindible "para mantener estable la frecuencia". Entonces, ¿qué es lo que ha pasado?

La frecuencia no debe desviarse más de un 0,4%

"Imagina que vas en bicicleta pedaleando a una cierta velocidad y, de repente, te encuentras una cuesta arriba", prosigue Crespo en su explicación. "Lo que pasará entonces es que reducirás tu velocidad porque te costará más seguir avanzando. Del mismo modo, si te encuentras una cuesta abajo, repentinamente acelerarás. A nuestro sistema eléctrico le ocurre algo muy parecido".

"La mayoría de nuestros generadores son generadores síncronos", añade. Esto significa que la velocidad de giro está directamente relacionada con la frecuencia de la red eléctrica. Asimismo, "existe una relación estricta entre lo mecánico y lo eléctrico". Por lo tanto, "si tenemos un generador produciendo electricidad a una determinada frecuencia y, repentinamente, aumentamos la carga a la que está conectado, este se verá forzado a reducir su velocidad para hacer frente al sobreesfuerzo con la consecuente reducción de la frecuencia eléctrica".

En esta línea, Crespo aclara que no es importante que se produzcan ligeras desviaciones. Ahora bien, "la frecuencia no debe desviarse más de un 0,4%". Una desestabilización mayor podría generar serios problemas. "Los desajustes en la frecuencia pueden literalmente echar todo el sistema abajo".

La importancia de la calidad energética

"Más generadores conectados, más robustez", añade el experto. ¿Qué significa esto? En palabras del físico, "robusto es la palabra fundamental", no en términos únicamente de cantidad, sino también de calidad. "Cuanto mayor sea nuestros sistema eléctrico, menor relevancia tendrán las perturbaciones que puedan ocasionarse". El estudiosos alude entonces a la relevancia de las interconexiones. "Al tener diferentes sistemas conectados, tienes muchas más fuentes de energía para cubrir la demanda y aumenta la posibilidad de que exista disponibilidad de energías limpias".

Por ejemplo, en el caso de las islas, "a través de una conexión insular, conseguiríamos aprovechar energía renovable que nos sobra en la primera isla, cediéndola a otra a la que le hiciera falta, desplazando así la generación contaminante y reduciendo la dependencia de ella", concluye.

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