La fisioterapia controla los posibles efectos neurológicos de la hernia

El 85% de los pacientes con hernias discales agudas mejoran sin tratamiento quirúrgico. El tratamiento conservador tendría como objetivo hacer desaparecer los síntomas mediante fisioterapia o rehabilitación, antiinflamatorios, relajantes musculares, etc. Como medida preventiva es conveniente fortalecer los músculos de la espalda para que los discos intervertebrales estén más protegidos.

"En el tratamiento con fisioterapia, el primer paso consiste en hacer una exploración neurológica con el fin de valorar el grado, la severidad, y el cuadro de la radioculopatía", según expone Rafael Torres presidente de la Sociedad Española de Fisioterapia y Dolor (Sefid). Así, en función del nivel de deterioro del paciente se aplicará un tratamiento conservador, o farmacológico. "En el caso de la hernia discal hiperálgica aconsejamos la infiltraciones de inyecciones de epidural", dice el presidente. El principal tratamiento para una hernia discal es un período corto de reposo con analgésicos y antiinflamatorios seguidos de fisioterapia. La mayoría de las personas que siguen tratamiento conservador (analgésicos y antiinflamatorios junto con fisioterapia) se recuperarán y volverán a sus actividades normales. Un pequeño número de personas necesita un tratamiento adicional que puede incluir inyecciones de esteroides o cirugía.

Según el especialista, el objetivo de la fisioterapia es mejorar lo síntomas hasta que el cuadro revierte. "La hernia discal modular sufre una disgregación en los meses sucesivos por lo que nuestro trabajo es controlar los síntomas para que no haya afección neurológica."

Una vez que el paciente sale del episodio agudo suele tener un patrón de movilidad anómalo, por lo que el trabajo del fisioterapeuta consiste en trabajar la educación motora que incluye higiene postural y ejercicios. "Enseñamos al paciente unas técnicas neurodinámicas y de automovilización que luego en su casa ha de repetir de tres a cuatro veces al día , ha de moverse mucho pero con baja intensidad. Ello, junto a la visita semanal al fisioterapeuta permite controlar el posible desgaste neurológico". La fisioterapia es importante para casi todas las personas con enfermedad discal. Los terapeutas le explicarán a la persona la forma de levantar objetos adecuadamente, caminar, vestirse y desempeñar otras actividades. Estos profesionales también trabajan el fortalecimiento de los músculos del abdomen y la parte baja de la espalda para ayudar a sostener la columna. La flexibilidad de la columna y de las piernas se enseña en muchos programas terapéuticos. Algunos médicos recomiendan el uso de dispositivos ortopédicos (corsé) para la espalda con el fin de ayudar a sostener la columna. Las correas especiales para levantar pesas pueden ser útiles para prevenir lesiones en aquellas personas cuyo trabajo requiere el levantamiento de objetos pesados.