Crecen las expectativas de victoria para España en Eurovisión

La prensa y los asistentes a los ensayos en Oslo aplauden el tema de Daniel Diges 'Algo pequeñito', el segundo en el orden de actuación de la final.

Crecen las expectativas de victoria para España en Eurovisión
Efe

Oslo, 28 de mayo 2010 - 20:59

En la víspera de la final del Festival de Eurovisión y tras los primeros ensayos, crecen en Oslo las expectativas ante una posible victoria para Algo pequeñito de Daniel Diges con las opiniones de la prensa, que lo coloca en cuarto lugar, y el premio que le entregó la organización de Grecia.

Tras una aplaudidísima intervención en el ensayo general, un satisfecho Daniel Diges apareció ante los medios internacionales, cantó We Are the Champions, de Queen, y fue condecorado por la organización griega como la mejor canción de la 55ª edición de este certamen. "Me he metido en el año más difícil de Eurovisión", seguía diciendo Diges pese a los elogios, y se quitó mérito al reconocer que "en este escenario -el del Telenor Arena de Oslo-" todo suena bien.

Los acreditados, que expresan sus favoritos, han colocado a España sólo por detrás de Serbia, Alemania y Grecia, aunque las apuestas del público en internet siguen colocando Algo pequeñito a mitad de la tabla, rozando ya el top 10 que predijo el veterano comentarista eurovisivo José Luis Uribarri antes de partir con la delegación Española hacia Oslo. España en los últimos seis años sólo ha superado el vigésimo puesto con la que fue su apuesta para Eurovisión en 2008, Rodolfo Chikilicuatre, y no se corona como vencedora del certamen desde 1969, cuando Salomé ganó ex aequo junto con tres países más con su canción Vivo cantando.

Este año Daniel Diges, Premio Nacional de Teatro, apuesta por una aproximación más teatral para conquistar a los eurofans, a los televotantes y al jurado especializado. "Intento visualizar mi actuación como un musical de tres minutos", aseguró. Y, aunque tampoco se considera eurofan, entre las canciones eurovisivas enviadas desde España señaló dos como sus favoritas: Nacida para amar, de Nina, y Bailar pegados, de Sergio Dalma, del que confesó tener todos sus discos.

Diges, que no duda en arrancarse y cantar ante quien haga falta, entonó unos compases de Waterloo, de ABBA, canción que señaló como su favorita de todos los tiempos, y volvió a celebrar los 450 ejemplares vendidos por su disco de debut. "Con la crisis el mundo discográfico está fatal, así que estoy supercontento", reconoció, y siguió reivindicando el poder de una voz en vivo, ya que su presencia entre los favoritos crece cada vez que ensaya ante los eurofans y la prensa especializada. "La televisión está muy bien porque queda todo grabado, pero donde esté el directo que se quite todo lo demás".

Cosas del directo: anécdotas y preguntas tras el ensayo

Tras la segunda semifinal celebrada el jueves, el viernes pudo verse por fin en el ensayo general cómo va a sonar y a verse la gran final de la 55ª edición del Festival de Eurovisiónm que tendrá lugar en el Telenor Arena de Oslo y en la que el español Daniel Diges fue uno de los más aplaudidos. Visto el espectáculo a escasos metros del escenario, las sorpresas ante el directo y los efectos del orden aleatorio cambian a última hora las opiniones sobre algunas de las canciones participantes, surgen las anécdotas y se abren preguntas sobre por qué elementos como los ventiladores siguen siendo utilizados en pleno siglo XXI.

Como segunda actuación de la gala, se pudo ver cómo Algo pequeñito de Diges se suma al grupo de canciones que ganan en vivo, junto con el Me and My Guitar, de Bélgica, o el noruego Didrik Solli-Tangen, que con su voz compensó la puesta de escena de su My Heart Is Yours, que parece diseñada por alguien que conoció Oslo cuanto todavía se llamaba Kristiania.

Hablando de cuestiones de época, cabe preguntarse si existe en Facebook un grupo que se llame Señoras que se presentan a Eurovisión, del que este año formarían parte la albanesa Juliana Pasha y la irlandesa Niamh Kavanagh, que vuelve al certamen tras ganar hace diecisiete años. Y bien es sabido que Eurovisión es un evento seguido con fidelidad por el colectivo homosexual, pero es curioso comprobar el impacto que provoca hacia el final de la gala, en el número 18, la impúdica heterosexualidad que exhibe Jessy Matador, representante de Francia, con su tórrida no sólo por veraniega Allez Olla Olé.

También llamó la atención que, pese al traspiés de Soraya el año pasado en Moscú con La noche es para mí, este año se puede encontrar en los finalistas dos parecidos razonables. El de la representante moldava y, más sorprendente, el del serbio Milan Stankovic, conocido por el público español como el balcañero, y para quien Goran Bregovic ha compuesto una de las canciones más divertidas de este año: Ovo Je Balkan.

En cuestiones de orden, la gala se abre con la interpretación de la favorita, Azerbaiyán, y se cierra con Dinamarca, otra de las favoritas, pero en la primera de ellas, una balada muy reputada con título onomatopéyico, Drip Drop, alguien ha decidido que, hacia el final, se ilumine el vestido de la cantante con unas bombillas que lleva incorporadas. Además, la victoria de este tema, según las malas lenguas, no sólo valoraría calidad musical, sino su procedencia de un país que en época de crisis, y por obra y gracia del petróleo, podría con el presupuesto de este festival. Lo contrario le sucede a otra de las canciones que se barajan como ganadoras: Grecia y su Opa, la canción que pone en pie a la audiencia pero que levanta también mucha intranquilidad de cara a su papel como posible anfitriona en 2011.

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