De laberinto a atolladero, 'Cien años de soledad'
El reto de Elena Sánchez Caballero de poner orden en TVE
Las expectativas que existían sobre el ex presidente Pérez Tornero se vinieron abajo l La implicación de Elena Sánchez genera esperanza
Elena Sánchez, periodista de la casa, presidenta interina de RTVE
La selección vuelve por sus fueros en audiencia y pega un pelotazo
Cuanto más analizamos el proyecto que intentó desarrollar el anterior presidente de la corporación RTVE, José Manuel Pérez Tornero, más nos asombra el dislate que pudo consumar. Lo que demuestra, para quienes sólo lo conocíamos como académico, eminente profesor, y autor de referencia de libros especializados en materia audiovisual, cuánta distancia hay entre ser un buen teórico y un buen gestor.
La nueva presidenta interina, Elena Sánchez Caballero, es el extremo opuesto. Una veterana de la casa con más de 40 años de experiencia, verdaderamente enamorada de la televisión pública (a la manera de la recordada Alicia G. Montano, su repentino fallecimiento le impidió el sueño de haber sido presidenta) y con muy buenas ideas en su agenda. Aunque tiene muy claro que no va a emular a su predecesora Rosa María Mateo, que se mantuvo en el cargo dos años y siete meses. A Elena la situación de interinidad le parece incomodísima, y lo dejó muy claro en su comparecencia en el Congreso de los Diputados del 21 de noviembre.
En esa misma sesión dio más información, alumbró más esperanza, y orientó la brújula de RTVE con más tino que Pérez Tornero durante todo su mandato. Anunció que en enero se presentará una oferta ordenada y global de todos los canales, con novedades en La 1, La 2, Clan y Teledeporte. También adelantó que se va a impulsar de un modo muy particular RTVE Play, como la plataforma competitiva que debe ser. Da pena, y eso lo digo yo, que buena parte del tesoro que acoge, gratuito y de semejante calidad, todavía sea ignorado por una cantidad significativa de la población.
Elena Sánchez Caballero puso el dedo en la llaga cuando afirmó que TVE no es la BBC, y que por tanto no tiene sentido que en la Corporación se aplique el modelo de la televisión pública británica. Con ello, a buen entendedor con pocas palabras bastan, quiso dejar muy claro que deseaba volver a separar las direcciones de TVE y de RNE. Y no sólo eso. En el subtexto, o eso quise entender, sugirió que la estructura piramidal no es tan mala como la pintan. Si se trabaja en equipo y todos los jefes reman en la misma dirección, los resultados se multiplican.
Las cifras de audiencia del mes de noviembre, en las que por fin La 1 de TVE logra rebasar los dos dígitos, el ansiado 10%, tenían truco y estaban cantadas, como también se pueden vaticinar las de diciembre. Con el Mundial de Qatar pagado a golpe de talonario (marca Pérez Tornero), era fácil superar las cuotas de pantalla. Pero eso, como dice el sabio refrán popular, es pan para hoy y hambre para mañana. Elena Sánchez Caballero pretende reordenar La 1 para que estas audiencias positivas no sean flor de un día. Difícil tarea, Benidorm Fest aparte.
Ojalá Elena se tome su tiempo para lograr sus nobles objetivos. La necesitamos como agua de mayo.
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