Estrategia campeona

El despecho de Shakira explica la actualidad líquida

Shakira con un vestido transparente de la colección Blueberry

Shakira con un vestido transparente de la colección Blueberry

A lo largo de los tiempos recientes hubo terremotos personales que terminaron sacudiendo las portadas de todos los medios, han existido montajes y promociones que se han seguido con asombro, deleite y polémica interactiva, y se han programado en cadenas, redes y perfiles contenidos que parecían de obligado visionado para estar al día.

Pero lo sucedido en esta semana con la Session #53 de Bizarrap y Shakira ha superado cualquier previsión noctámbula cuando se anunció en cuenta atrás esta cruz de navajas de la colombiana con su ex y con la pareja de su ex. No todas las grandes estrellas tienen la ausencia de pudor en todos los aspectos como para dar el paso de esta prisionera de Hacienda, como reprocha en el pegadizo sonsonete, con tal cantidad de cuentas ajustadas. Despecho que bien podría haber sido algo íntimo y quedarse garabateado en una pantalla o transformarse en esta máquina contagiosa de comentarios y titulares.

Sin ningún gran medio de comunicación detrás, sin un despliegue técnico llamativo, sin ni siquiera una producción deslumbrante (aunque sí bien preparada de forma latente) es fascinante que este jueves por la mañana medio planeta a la hora de desayunar se viera en la obligación de echar un vistazo al vídeo de marras y, de paso, comentarlo allá donde fuera, por cristal o a viva voz.

La actualidad líquida promueve acontecimientos así y Shakira ha dado un paso más allá, aún, en la viralidad al servicio del ingenio. Si además su ex, Gerard Piqué, no ha sido un tipo que se haya granjeado simpatías y empatías, la victoria mediática y de comunicación en el discurso a cargo de la colombiana, y su socio argentino, es digna de una copa mundial.

Abre paso a más personajes que querrían emular este aullido con sonido de firma con cheque en blanco al portador.

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