La serie que pone contra las cuerdas a la Justicia

Nuevas pruebas surgidas hace unos días vienen a respaldar la denuncia de Steven Avery de que fue "traicionado" por las autoridades policiales y judiciales del condado de Manitowoc, en Wisconsin, para que fuera inculpado en el homicidio de la fotógrafa Teresa Halbach el 31 de octubre de 2005. El caso de Avery ha sido rescatado por los medios a raíz de una serie documental de Netflix que ha alcanzado una gran repercusión, Making a Murderer, disponible desde el 18 de diciembre. En los 10 capítulos de la serie se deja en evidencia una clara orientación de la policía para encontrar culpable a Avery de asesinato. Su ex esposa afirmaba ayer, sin embargo, de que el recluso "es un monstruo".

A raíz de la emisión se ha promovido una campaña en Estados Unidos apoyada ya por medio millón de firmas. Avery fue encarcelado por un caso de presunta violación y liberado 18 años después tras una prueba de ADN que demostró su inocencia. En 2005, Avery fue nuevamente acusado, esta vez junto a Brendan Dassey, por el asesinato de una mujer, motivo por el cual fue condenado a cadena perpetua y por el que sigue entre rejas. La serie, que es el fruto de diez años de investigación, planteó dudas e interrogantes sobre la limpieza y justicia de ambos casos, motivos que recogió una campaña en internet para pedir la liberación.

Frente a las acusaciones de parcialidad e injusticia, diversas autoridades en el Estado de Wisconsin argumentaron que el documental ha obviado pruebas y detalles que sí justifican la culpabilidad y condena de Avery. El debate sobre estos dos casos y las garantías del sistema judicial estadounidense están en primer plano por esta producción de Netflix que ha conmovido al país y el caso ha llegado incluso a la mesa del presidente. En un comunicado, la Casa Blanca ha recordado que Barack Obama no puede indultar a un preso condenado por un crimen estatal, como es el caso de Steven Avery. Pero la polémica comienza a crecer.