"La trama de 'Sin tetas...' tiene todavía mucho que ofrecer"

El actor venezolano está feliz haciendo de 'malo' en España, aunque afirma que no se identifica con su personaje

El actor es uno de los 'guapos' de la nueva temporada de 'Sin tetas...'
El actor es uno de los 'guapos' de la nueva temporada de 'Sin tetas...'
Fátima Díaz

20 de diciembre 2009 - 05:00

Es uno de los galanes con más éxito en la televisión de su país, Venezuela. De hecho, el apodo de 'El Gato' se lo pusieron a raíz de su participación en la telenovela Gata salvaje, la que lo lanzó definitivamente a la popularidad. Luego vino Pasión de gavilanes, que extendió su fama hasta más allá del charco. Su innegable atractivo y simpatía le hacen especialmente indicado para los papeles de 'playboy' aunque ahora, en Sin tetas no hay paraíso, le ha 'tocado' hacer de malo. Un reto y una oportunidad, a la vez, para demostrar al público español sus cualidades interpretativas.

-¿Cómo es interpretar a Guillermo Mejía, un narcotraficante mexicano, en Sin tetas...?, ¿le gusta hacer de malo para variar?

-Cuando leí el papel me di cuenta de que era una oportunidad para interpretar un personaje diferente a los que hasta el momento había hecho en mi carrera. Esto me gustaba. Pero, en realidad, hacer el papel de malo es similar a otros papeles. Quizás el rol de malo te ofrece la oportunidad de 'jugar' más con el papel, de improvisar más. ¡Es más divertido que hacer de bueno, la verdad!

-¿No le dio un poco de miedito debutar en España con una serie tan reconocida y con tanto éxito como es Sin tetas...? Y además, tras la marcha de 'El Duque'... se habló mucho de ello. Muchos decían que la serie estaba acabada.

-Miedo no, respeto. Estoy muy agradecido a los productores por darme esta oportunidad y espero no haberles decepcionado. Tenía muchas ganas de trabajar en España. Bueno... se ha demostrado que la serie sigue adelante con el nuevo reparto, en el cual me incluyo, y que la gente la ve. La trama tiene aún mucho que ofrecer.

-¿Es diferente el trabajo en España a cómo son los rodajes allá en Venezuela?

-Sí, es diferente. Lo diferente, en mi opinión, es que allí yo estaba acostumbrado a trabajar en telenovelas, que suelen ser diarias, y aquí lo hago en una serie de emisión semanal. Los tiempos, los ritmos de trabajo, son distintos.

-¿En qué se diferencian?

-Pues aquí grabamos cada 15 días, los lunes, un par de capítulos. Así que los actores tenemos 15 días para estudiarnos el libreto. El equipo tiene mucho tiempo para prepararlo todo. Por eso sale tan cuidado. En otros países, como es el caso de Venezuela y otros sitios de Sudamérica donde he trabajado, como en México para la Fox (en la segunda temporada de Tiempo final), manda el día a día. ¡Y las prisas!; se hace todo más rápido. Todo es televisión, pero son distintos conceptos.

-Desde su primera novela, Nubeluz, en 1995, siempre ha trabajado en televisión. ¿No le atrae dar el salto al cine?

-Sí, cuando llegue un proyecto que me interese de verdad y que me llene.

-También ha hecho sus pinitos en el mundo de la moda. Aunque en realidad estudió Odontología y desde los 13 años jugaba en la selección nacional de fútbol de Venezuela. ¿No es un raro que un odontólogo-futbolista acabe metiéndose a actor?

-Ja,ja,ja. ¿Sí? No lo creo. Desde siempre me gustaba la música y me atraía mucho el mundo de la interpretación. También he cursado estudios de publicidad y márketing, porque me encantaba este trabajo. Luego surgió la oportunidad de ponerme frente a la cámara y... ¡aquí estoy!

-Sí, y no se pierde una. También participó en el concurso Mira quien baila hace tres años. ¿Cómo fue la experiencia?

-¡Increíble! Fue mi forma de devolver el cariño que me daban los españoles cada vez que venía a este estupendo país. ¡Y además, me lo pasé genial! Llevo más de once años trabajando y me apetecía hacer algo distinto.

-Pasión de gavilanes le abrió las puertas del mercado español, ¿no? Le debe mucho a esa serie...

-No sólo español, nos abrió las puertas del mercado internacional. Fue un privilegio. Además, había muy buena onda entre los compañeros. Pero a quien estoy realmente súper-agradecido es a la gente, que sigue confiando en mí. Y con lo complicada que está la situación a nivel profesional, puffff, que la gente te vea y te tenga tanto cariño... es un privilegio enorme.

-¿Se parece en algo usted al personaje de Guillermo Bebe Mejía?

-¡Yo no soy tan malo! (risas). En su faceta divertida sí me identifico con él. Aunque es un personaje con muchos contrastes. En lo demás, en nada. ¡Menos mal!

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