Esaú Fernández consigue el único trofeo
Una faena de mucha entrega, premiada con una oreja, de Esaú Fernández, y un buen toro de José Escolar salvaron la tarde en Logroño, segundo festejo de la Feria de San Mateo, en el que hubo un desafío ganadero entre los encastes Santa Coloma y Albaserrada.
Hubo de todo: toros encastados, otros nobles, algunos sosos e incluso deslucidos y complicados. Pero, por encima de todo, muy bien presentados en conjunto, sobre todo si se comparan con los que saltaron en la víspera de Vellosino. Y de los toreros, también de todo. Firmeza de Bolívar y Pinar, gusto de Ureña, voluntad de Adame y Nazaré y compromiso total y notable disposición de Esaú Fernández, a la postre el torero más destacado del festejo al cortar el único trofeo.
A Bolívar le tocó en suerte el mejor toro del envío, de José Escolar, encastado y bueno con el que se vio a un torero firme y con muy buenas formas en el toreo al natural. Faltó, quizás, más rotundidad en el conjunto y más acierto con la espada. Ureña se enfrentó a un toro de La Quinta tan noble como soso y sin clase. Anduvo templado y gustándose en los primeros compases de una faena que fue de más a menos. El de Flor de Jara que le tocó en suerte a Joselito Adame tuvo las virtudes de la nobleza y la fijeza pero los defectos de la falta transmisión y alegría, con el que el espada hidrocálido llevó a cabo una faena plana y sin ningún eco. Pinar se mostró muy resolutivo con el complicado Adolfo que hizo cuarto.
Nazaré fue el torero que más de puntillas pasó en la tarde. También le tocó en suerte un toro muy a la defensiva y que nunca descolgó de Ana Romero, con el que el sevillano anduvo tan voluntarioso como deslavazado. Y lo mejor llegó al final. Esaú Fernández, que entró a última hora en el cartel por Manuel Escribano, puso todo de su parte para arrancar una oreja meritoria al astado de Juan Luis Fraile que cerró plaza. Desde el saludo de hinojos con el capote hasta la estocada final, pasando por un par de pendulazos y otros fragmentos de toreo entregado, el de Camas salvó una tarde marcada por los cinco silencios anteriores a sus compañeros.
Por la mañana, con erales de Vicente Lumbreras. Juan Torres Juanito, saludos tras petición y oreja. Carlos Corradini, silencio tras aviso y silencio.
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