Talavante malogra con la espada un gran faena en ZaragozaÁlvaro Montes y Leonardo Hernández, éxito en Jaén
El diestro firmó lo mejor de la tarde en un flojo encierro del hierro de Núñez del CuvilloLos dos rejoneadores abren la puerta grande en el primer festejo de la Feria
El diestro Alejandro Talavante pinchó ayer un faenón de dos orejas al único toro de la ganadería de Núñez del Cuvillo toreable del descastado encierro que lidió en Zaragoza. Las reses fueron terciadas de presencia y de escaso contenido; aunque nobles, muy justas de todo. Morante cosechó silencio y ovación. Perera, gran ovación con petición y silencio. Talavante, gran ovación tras aviso y silencio. Hubo un lleno de 'No hay billetes'.
Los mejor de la tarde ocurrió en el tercero, una faena de altos vuelos. Talavante estuvo bien ahí con el capote,en el recibo a la verónica, muy bien en un quite por chicuelinas, y extraordinariamente bien con la muleta. Siempre a más, como son las grandes faenas.
El diestro, que abrió por estatuarios, toreó después en lo fundamental con mucha profundidad. Series hilvanadas de pases largos, templados y hondos, jugando la cintura en ese torear hacia adentro. Pero lo peor fue la espada: un desastre a la hora de matar. Lo que pudieron ser dos orejas se redujo a una simple ovación.
Los rejoneadores Álvaro Montes y Leonardo Hernández salieron ayer a hombros en una corrida de rejones celebrada en Jaén, la primera de la Feria de San Lucas.
Se lidiaron toros de Pérez Tabernero, del campo charro, los dos primeros, y los otros cuatro de Montalvo, que en conjunto dieron buen juego.
Álvaro Montes cosechó vuelta al ruedo en su primero tras petición de oreja y dos orejas. Sergio Galán, palmas y palmas. Leonardo Hernández, dos orejas y ovación.
Tarde primaveral y escaso público en los tendidos, que no cubrió ni un cuarto de las gradas.
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