Un triunfo de Utrera a Valladolid
Crónica de la sexta novillada del abono de la Maestranza
Curro Durán, con una oreja, y Mario Navas, con una vuelta al ruedo, fueron los más destacados
Marcos Linares, con el peor lote de novillos, sólo pudo dejar detalles en su presentación en Sevilla
El cierre del ciclo de novilladas con caballos, que comenzó tras la Feria de Abril, finalizó ayer con un entretenido festejo en el que destacó, por estadística, Curro Durán. Marcos Linares y Mario Navas se tuvieron que conformar con los aplausos del público. Aún así, la terna justificó su presencia sobre el albero sevillano y se rayó a mejor nivel que el ganado de Buenavista.
El utrerano Curro Durán, de mismo nombre que su torero padre, fue el encargado de abrir plaza junto a Mensajero. El primer Buenavista tuvo mucha movilidad y fue de más a menos, como la faena de muleta. El prometedor inicio por bajo y flexionado fue perdiendo fuelle hasta obligar al joven a abreviar su lidia y coger la espada. Algo que hizo con fuerza, pues reventó al novillo con un celebrado estoconazo al encuentro. En el cuarto, al que encaró sabedor de que podría ser su último en la Maestranza, Durán salió motivado y buscando a Dichoso en los medios. Quedándose quieto sobre la boca de riego y siendo muy expresivo para conectar con el público, que estuvo entró por momentos en la faena. Los sentidos muletazos encontraron respuesta musical cuando parecía que estaba más cerca la suerte suprema. Pero sirvió para que el utrerano se creciera y siguiera exprimiendo al novillo hasta darle una certera estocada que condujo al trofeo.
Desde el primer lance el público notó de la calidad y elegancia de Marcos Linares en todo lo que hace. O intenta. El jienense dio buenas medias a Flautista, al que le costó coger el aire. Y, cuando pareció conseguirlo, ya era demasiado tarde. El animal, de tan sólo 379 kilos, no estaba por la labor. Aún así, los tendidos reconocieron los buenos detalles del debutante en la Maestranza con palmas. Tampoco pudo Linares desplegar su toreo en el quinto, que rompió en manso e invitó al aspirante a matador a abreviar. Cosa que hizo. Minucioso se aculó en tablas y puso imposible su lidia. No obstante, el público estuvo cariñoso con el prometedor novillero que aún no es ni mayor de edad.
Mario Navas escenificó con clase cómo torear con una rodilla en el suelo. Primero lo hizo con el capote, continuando con otros lances y un buen quite en el tercio de varas. Más tarde, con la muleta. Dando una primera tanda vibrante y haciendo funcionar a Funcionario. El epílogo fueron muletazos de mérito de uno en uno que los tendidos valoraron. El presidente, José Luque, no. Por eso los pañuelos sólo provocaron una vuelta al ruedo con sabor a trofeo. En el sexto, bautizado como Gambito, el vallisoletano confirmó las buenas sensaciones. Con la capa y con la muleta. Navas se arrimó lo que pudo al animal, que se mostró peligroso en varias ocasiones. Tiró de oficio y no rehusó la pelea, dejando buenas sensaciones en su presentación en Sevilla.
Ficha del festejo
GANADERÍA: Seis novillos de Buenavista, desigualmente presentados. El primero, bravucón y con genio, tuvo tralla en las embestidas; probón, andarín y muy deslucido el segundo; manejable el tercero; pronto en la distancia larga el cuarto, que tuvo un gran pitón izquierdo; manso absoluto el quinto; y peligroso y orientado el sexto.
NOVILLEROS: Curro Durán: ovación y oreja.
Marcos Linares: ovación y ovación.
Mario Navas: vuelta tras fuerte petición y ovación. En cuadrillas, destacaron en la brega Curro Javier y Juan José Domínguez. Roberto Blanco saludó después de banderillear al sexto.
INCIDENCIAS: La plaza registró casi media entrada en tarde noche de agradable temperatura.
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