El público de Salamanca vive una tarde de las que hacen afición

El Juli, Perera y Juan del Álamo salen a hombros mientras que Ponce pasa desapercibido

Del Álamo, El Juli y Perera, saliendo a hombros por la puerta grande de la plaza salmantina de La Glorieta.
Del Álamo, El Juli y Perera, saliendo a hombros por la puerta grande de la plaza salmantina de La Glorieta.
Efe Salamanca

16 de septiembre 2014 - 01:00

El Juli, Miguel Ángel Perera y Juan del Álamo salieron en la tarde de ayer a hombros de la plaza de toros de Salamanca, en el cuarto festejo de su feria, tras una brillante actuación, donde el espada valenciano Enrique Ponce pasó desapercibido, y hasta pitado por el público.

Enrique Ponce realizó al noble primero un toreo sin apreturas y con su habitual facilidad, basado en naturales y derechazos, y matando de un pinchazo sin soltar la espada y una estocada a un toro cuya embestida pidió algo más por parte del torero, por lo que el público de La Glorieta silenció su labor.

No logró acoplarse Enrique Ponce con el quinto toro , al que se limitó a trastear con la mano derecha antes de cobrar en la suerte suprema, tras un pinchazo, una estocada tendida y trasera, y dos descabellos, lo que le supuso una sonora pitada por parte del público.

El Juli demostró su capacidad lidiadora para dominar la incierta embestida de su primer toro, en una faena que tuvo más emotividad y técnica que componente artístico, y que remató de una estocada baja que le valió la primera oreja de la tarde.

Al quinto de la tarde, cuya faena brindó a Santiago Martín "El Viti", lo recibió El Juli con unas verónicas sacando al toro a los medios, realizando a continuación una faena sobre ambas manos en la que la calidad de la embestida del animal le permitió lucir todo su repertorio, matándolo de una estocada y un descabello, logrando las dos orejas del bravo ejemplar de Domingo Hernández.

En su primero, Miguel Ángel Perera estuvo dominador, aprovechando la noble embestida del "garcigrande", sobre todo por su pitón derecho, y alcanzó el torero su momento culminante en una brillante serie de derechazos sin ayuda. Unas toreras manoletinas precedieron a una gran estocada, que hizo rodar al toro sin puntilla, consiguiendo dos orejas.

Miguel Ángel Perera tiró de oficio ante el desconcertante séptimo de la suelta, y a base de tesón logró arrancarle algunas series de mérito, que fueron aplaudidas por el público salmantino, que premió al extremeño con una oreja en reconocimiento al esfuerzo, tras acabar con el burel de una buena estocada.

El salmantino Juan del Álamo sacó unos brillantes pases a su primer enemigo, poniendo todo de su parte a base de conocimiento y valor para dominar la incierta embestida del astado, al que finiquitó de una certera estocada a toro arrancado, por lo que logró una oreja, en justo premio a su labor.

Desde el inicio con el octavo toro del festejo, Juan del Álamo evidenció ganas de un triunfo grande ante su afición charra y cuajó en los medios una faena muy completa, rematada con unos torerísimos adornos, antes de conseguir una estocada que le valió las dos orejas.

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