EDITORIAL
Toda preparación es poca ante los temporales
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La hermandad de Los Servitas trasladó anoche a sus titulares, la Virgen de los Dolores y el Santísimo Cristo de la Providencia, a la iglesia de San Marcos, templo anexo a su propia sede canónica y en el que celebrarán esta semana los cultos cuaresmales propios y recogidos en sus Reglas. Este traslado se ha motivado por la mayor capacidad de aforo que permite San Marcos, al igual que ocurrió hace cuatro años en el contexto de la pandemia de coronavirus.
A las 20:30 de la tarde, a la hora prevista, se abrieron las puertas de la capilla de los Siete Dolores, y un numeroso grupo de cofrades se agolpaba por los aledaños de la parroquia para contemplar una escena inolvidable: el conjunto de la Piedad bajo el paso de la Virgen de los Dolores de la Puebla de Cazalla, un exquisito conjunto de finales del siglo XIX, compuesto de ocho varales y una hermosa crestería de plata roult. Nadie quería perderse dicha estampa y, aunque no dejó de llover prácticamente en toda la tarde en Sevilla, el cortejo se puso en marcha y en cuestión de unos veinte minutos entró el paso en San Marcos tras salvar la puerta dentada y ojival, un momento notablemente emocionante. Una pertinaz llovizna hizo acto de presencia en la Plaza de Santa Isabel, pero amainó conforme se acercaba a San Marcos.
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