La élite de la percusión internacional mira a Sevilla

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La escuela Galiano Drum School, en Alcalá de Guadaíra, es sede de la filial española del prestigioso centro de música Rockschool

Dani Galiano, fundador de la escuela de batería Galiano Drum School, ensaya junto a un alumno

Habría que viajar hasta la ciudad estadounidense Nueva Orleans, cuna del jazz por excelencia, y remontarse a finales del siglo XIX para descubrir el origen de la batería tal y como se conoce en la actualidad. Hasta que este instrumento se hiciera indispensable para que las canciones de Louis Armstrong, Frank Sinatra, o Ella Fitzgerald sonaran con un ritmo diferente, las distintas partes que componen una batería no sólo se tocaban por separado, sino que provenían de varias zonas del mundo: los timbales y tambores procedían de China y África, los platillos de Turquía y de China y el bombo de Europa.

Aunque fuera un instrumento inicialmente denostado y, de hecho, rechazado en algunos países, grandes bateristas como Buddy Rich, Tony Williams, o Gene Krupa, no cejaron en su empeño de empuñar las baquetas y darle a la música uno de los instrumentos principales para marcar el tempo y el ritmo al resto de los integrantes de una banda.

Esta herencia sigue viva en la actualidad y, de hecho, la filial española del prestigioso centro internacional de música Rockschool ha elegido a la academia sevillana Galiano Drum School, enclavada en Alcalá de Guadaíra, como sede oficial para realizar sus exámenes en materia de percusión. Las certificaciones que ofrecen están avaladas a nivel internaciones y se enmarcan en el Marco Europeo de Titulaciones (EQF).

RockSchool es el proveedor líder de exámenes de pop y rock a nivel mundial, dedicado a ofrecer titulaciones dirigidas a desarrollar y a expandir el talento musical de sus alumnos. Al frente del centro está Daniel Galiano, baterista que dio sus primeros pasos con este instrumento a la corta edad de nueve años y ha tocado para artistas de la talla de Raimundo Amador, Pastora Soler, Pasión Vega, Antonio Carmona, o María Jiménez.

Actualmente combina estar al frente de su propia escuela con las giras del grupo sevillano Siempre Así. De hecho, puso la percusión de la actuación que la agrupación realizó el pasado verano en el Vaticano ante el Papa Francisco. Aunque su estilo musical baila entre el jazz fusión y el blues, señala que se siente un baterista de vanguardia que mantiene "un pie anclado en la tradición".

A pesar de que las giras y los escenarios le permiten mantener un contacto directo con el público y con el directo, Galiano no duda en afirmar que gracias a la escuela ha conseguido "dar forma al sueño de toda mi vida, que no es otro que el de transmitir esta pasión de enseñar una nueva forma de hacer música y desarrollar la creatividad a través del ritmo. Creo que esta es mi forma de validación, primero soy músico y luego profesor en el área educativa y así es como me defino".

El baterista ha creado su propio sistema de enseñanza totalmente personalizado según las necesidades de sus alumnos y que aúna su experiencia como músico y el conocimiento de la propia técnica: "Un sistema que me permite formar de forma presencial y online, con clases individuales o en grupo", subraya el músico, quien expresa además que su proyección "es crecer como centro de enseñanza musical, facilitando que este proyecto llegue al mayor número de alumnos y guiar a los que quieran vivir de esta profesión en sus distintos formatos".

Con una trayectoria que comenzó de forma profesional cuando tenía 16 años, Galiano recalca que sigue enamorado de la batería, a la que dedica toda su jornada: "Me gusta mi profesión, porque antes que baterista soy músico, pero también soy padre y esa es mi gran responsabilidad en este mundo. Soy consciente del peso que tiene la enseñanza en la vida de cualquier persona, pero tener la oportunidad de integrar en un niño valores tan importantes como el esfuerzo, la constancia o el compañerismo, hacen que mi escuela se convierta en el proyecto más bonito de mi vida".

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