El estornudo del bebé

El otoño es una estación propia de patologías respiratorias, siendo la bronquiolitis la de mayor prevalencia en lactantes

Una pediatra realiza una auscultación a un neonato.
Una pediatra realiza una auscultación a un neonato.
M. L.

28 de septiembre 2010 - 01:00

Hay enfermedades propias de cada estación del año. Una típicamente otoñal es la bronquiolitis, que es la inflamación de los bronquiolos que afecta principalmente a la población de neonatos y lactantes. Se trata ésta de una población especialmente sensible. A diferencia del resto, los recién nacidos no disponen de la la palabra articulada que defina un dolor o una molestia. Sin embargo, pese a las escasas quejas de los bebés, un estudio realizado en el Hospital Clínico Universitario de Valladolid sostiene que existe un repunte de hospitalizaciones debido a la bronquiolitis.

Manuel Praena, pediatra del centro de salud de la Candelaria, informa sobre la mejor manera de identificar los síntomas de esta enfermedad, llamada también "la gripe del niño pequeño". "Dificultad respiratoria, el pito o sibilancia, llegando en casos extremos a la apnea o ahogamiento. El niño afectado por la bronquiolitis llega a dejar de comer a causa de que utiliza todos sus recursos para la respiración. Por ejemplo, cuando el lactante realiza una toma que resulta la mitad de lo habitual", concluye Praena, "hay que trasladarlo a un centro de urgencias".

De la llegada del otoño, de la bajada de las temperaturas, se deduce la frecuencia de la bronquiolitis. La gente comienza a abandonar los espacios abiertos por los cerrados. La población se hacina buscando el calor humano. "Se cierran las ventanas, lo que favorce la transmisión de las enfermedades", continúa explicando Margarita Cortés, epidemióloga del distrito provincial de Salud de Sevilla, "y los contagios se vuelven frecuentes".

Praena, médico especialista en Pediatría, hace anotaciones sobre la prevención. En la cuestión de la trasmisión de enfermedades a la población menor de seis meses, la más expuesta a la bronquiolitis, hay un remedio fácil, casero y aseguible, pero tremendamente eficaz, "la higiene", define el facultativo, que desglosa: "La mejor prevención demostrada es el continuo lavado de las manos. Sobre todo, después de toser o de estornudar".

La doctora Cortés advierte que los casos de contagio por el virus sufre un repunte desde los meses de octubre a abril, "aunque no se descartan casos durante el resto del año. Más aún, es una enfermedad que puede afectar a toda la población, con la incidencia de que el diagnóstico más grave sucede en la población menor de seis meses, llegando a ocasionar casos de urgencias pediátricas".

Esta epidemióloga pretende dar la importancia justa a la enfermedad, provocada por un virus identificado en 1956, fecha reciente para los parámetros temporales de la medicina. "Después de la alarma generada el año pasado con la gripe A, es necesario aportar una cierta mesura a la hora de informar sobre este tipo de patologías", anota Cortés. "La bronquiolitis es una enfermedad que suele cursar de un modo leve. Finalmente, el desarrollo y los síntomas dependerán de las características físicas del individuo".

Los facultativos abundan en la necesidad de informar sin tener que llegar al sensacionalismo, dable de generar el pánico en la población. A la vista están los casos recientes. De ahí que la visita y la consulta al médico de familia se antoje capital en cuanto surja lamás mínima duda.

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