Vivir en Sevilla

Un premio al buen tunar

  • El empresario Evaristo Ramos recibió un homenaje en el Círculo de Labradores por su trayectoria tunantesca

Francisco Javier Sánchez, de la Tuna de Ingenieros de Montes de Madrid, entrega el galardón a Evaristo Ramos.

Francisco Javier Sánchez, de la Tuna de Ingenieros de Montes de Madrid, entrega el galardón a Evaristo Ramos. / M. G.

"Los tunos vivimos de nuestros recuerdos". La bienvenida que Luis Baras, periodista y tuno de Derecho, dio a los asistentes fue una declaración de intenciones de lo que sería un extenso y emotivo acto celebrado en el Salón Real del Círculo de Labradores. Una cita que tuvo de protagonista al empresario multisectorial sevillano Evaristo Ramos, cofundador de la tuna de Magisterio. Él recibió el Premio José Antonio Díaz Reneses a los Valores en la Tuna. Un reconocimiento que le hacen tunos de todo el mundo, como se pudo apreciar en el vídeo que cerró el acto, en el que aparecieron tunos desde México, Chile, Puerto Rico o Argentina, desde la que le saludó su amigo Carlos López, componente del grupo humorístico Les Luthiers.

Antes había sido el turno de los tunos de España, que glosaron la figura de Ramos de todas las maneras. La humorística fue la más utilizada y celebrada por el más de medio centenar de asistentes al acto, en el que actuó la agrupación musical Troyanos de Compostela. Uno de sus miembros, Benigno Amor, fue el encargado de realizar la laudatio del premiado. En ella reivindicó que "las cosas se hacen en su tiempo o no se hacen", rechazando así los homenajes póstumos. Su discurso estuvo acompañado por el del presidente del jurado, José Luis Díaz, tuno de Magisterio de Segovia. Díaz quiso alertar de que "no son buenos tiempos para la tuna" y convive con "clichés de hace más de 50 años". Por ello, pidió "unión y acercarnos al distinto", así como afirmó que "a tuna no es un instrumento, sino un fin".

Actuación de los Troyanos de Compostela en el Labradores. Actuación de los Troyanos de Compostela en el Labradores.

Actuación de los Troyanos de Compostela en el Labradores. / M. G.

Tras la entrega del premio, dotado con 1.000 euros que irán a parar a una entidad benéfica, el galardonado tomó el micrófono. No sólo para agradecer que sus compañeros hayan resaltado su generosidad, elegancia o esfuerzo, como así reza el acta del jurado. Sino para explicar lo que significa para él la tuna: "Es un ejemplo de tolerancia, respeto y una escuela de vida". Ramos comparó la trayectoria dentro de la tuna con aprender un oficio, pasando de aprendiz a maestro con el paso de los años y la dedicación: "Nada se regala ni se obtiene por suerte o azar". Por ello, nombró a algunos de los maestros que ha tenido a lo largo de sus 36 años como tuno: Amaro Troya, Manolo Armijo, Carlos Baras o el recientemente fallecido Juan Antonio Vizcaíno, más conocido como Cazallas.

La clausura del acto, también pronunciada por Baras, versó sobre la importancia de "trabajar los recuerdos" y valoró la "exposición del sentimiento de la tuna" que se había hecho durante el evento. La exaltación de estas agrupaciones musicales universitarias fue una constante durante la jornada del domingo, que reunió en Sevilla a los más granado de las tunas nacionales a poco más de un mes para su cita más popular y pública: el puente de la Inmaculada.

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