En otro reportaje, describíamos la ruta que recorre el sur de la Cornisa del Aljarafe por Gelves. En esta ocasión vamos a detallar un trayecto que nos permitirá pasear por la zona norte de esta elevación que delimita el Valle del Guadalquivir.

El trayecto es muy sencillo, siguiendo caminos bastante cómodos y definidos. Son unos 13 kilómetros de circular que arrancan y concluyen en la Avenida Virgen del Rocío de Santiponce. Por ella, nos dirigimos a las afueras de la localidad. En la última línea de edificios, doblamos a la derecha para enfilar la antigua línea férrea Aznalcóllar-Camas o Vía Verde de Itálica.

La ruta sale de Santiponce por la antigua vía férrea Aznalcóllar-Camas

Caminamos siguiendo el límite del municipio hasta que a los 800 metros veamos una cisterna romana a la izquierda. A partir de aquí el sendero comienza a virar y a retirarse de Santiponce.

A la izquierda, las primeras elevaciones del Aljarafe.

Recorridos otros 600 metros, ya por la soledad de un campo que apenas tiene sombra, damos con un ruinoso puente. Se trata del Puente de los Vinateros, que servía para salvar el trazado del ferrocarril minero de Aznalcóllar. Este puente se usó sobre todo en el transporte de vinos -de ahí su nombre- del Aljarafe hasta el ferrocarril de Cala, que también pasaba por aquí cerca, rumbo a Sevilla.

Pasaremos varios arroyos como el La Laguna o de San Nicolás.

Al poco, damos con una bifurcación en un paraje llamado El Mellado. Seguimos de frente para atravesar los arroyos de La Laguna y de San Nicolás. Si realizamos la ruta tras un periodo de lluvia, es posible que tengamos problemas para avanzar por los barrizales en este tramo.

A la derecha, el Cortijo de Villadiego

El camino serpentea entre suaves colinas. A los 5 kilómetros de marcha aproximadamente, dejamos a la derecha el Cortijo de Villadiego. Justo delante vemos el Puente de los Judíos, que recibe el nombre del arroyo que supera. Nuestro trazado no llega al puente, pues antes dobla a la izquierda para abandonar la vía verde. A la vera de unas palmeras, hay un agradable merendero donde descansar un poco si queremos.

El Puente de los Judíos, aunque no pasamos por ahí.

Comenzamos a andar ahora por la Cañada Real de Isla Mayor, pero será por poco tiempo. A unos 500 metros, arranca a la izquierda un camino recto que delimita un campo de cultivo. Vamos por ahí. La larga recta, de un kilómetro, atraviesa los campos de Vacialforjas y de La Besana de Enmedio.

Tomamos un camilo que delimita un cultivo.

Al fondo, el camino nos deja en un cruce en forma de T. Giramos a la izquierda, en suave ascenso, aún entre campos de cultivos. A continuación, desembocamos en una pista justo en la entrada del Cortijo de San Nicolás de Bari. Vamos ahora a la derecha, rumbo a las vías del tren.

El Cortijo de San Nicolás de Bari. Pasamos ante su puerta, pero no entramos.

Cruzamos el trazado ferroviario por un paso elevado y tomamos el primer camino que sale a la izquierda. Estamos en la zona más al norte de la Cornisa del Aljarafe. Observaremos con claridad cómo se eleva el terreno a nuestra derecha. El camino sigue las faldas del Cerro del Barro y del Cerro de la Cruz.

Las primeras elevaciones de la Cornisa del Aljarafe.

Atravesamos la carretera SE-3407 y acto seguido tomamos el ramal que baja junto a las vías del tren. Las acompañamos unos 400 metros. Hay que cruzar la línea ferroviaria. El punto donde hacerlo queda claro. No obstante, aunque la visibilidad sea buena, debemos tener muchísimo cuidado. 

Pasamos por un puente sobre las vías del tren.

Al otro lado, avanzamos de frente en la bifurcación y pasamos un arroyo por una zona con muchas cañas. A continuación, subimos al aparcamiento del Apartadero de Valencina-Santiponce. Cogemos la calle que baja hasta la rotonda del fondo, dejando a la derecha el Cortijo de la Señorita.

En cierto punto tendremos que cruzar: mucho cuidado.

Ya en la glorieta, enfilamos la carretera SE-3407, que cuando entra Santiponce, pasa a llamarse Avenida Virgen del Rocío. Efectivamente: hemos vuelto al punto de inicio y cerrado esta circular.

Seguimos de frente en esta bifurcación.

Puede que muchos digan que es un camino por un terreno poco atractivo, pero si se realiza en invierno o primavera, el color verde del campo y su silencio nos encantará. Es un agradable paseo. Por supuesto, no hay que hacer esta caminata con calor: no hay ni una sombra. Más allá de todo esto, siempre gusta conocer un trocito de nuestra provincia e incluso distinguir cómo va cambiando el paisaje desde la Vega del Guadalquivir al Aljarafe.