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Andalucía

"Vaya follón" en el Parlamento

  • Moreno cambia el sentido del voto del PP aconsejado por la vieja guardia de Arenas El PSOE mira a un lado y otro y se ve solo C's sigue de perfil

"Vaya follón". La ilustrativa expresión se le escapó a micrófono abierto al presidente del Parlamento, el socialista Juan Pablo Durán, el pasado jueves casi al cierre de la intensa jornada parlamentaria. Sólo un grupo de cinco, Ciudadanos, reclamó una votación separada de una proposición no de ley completamente inocua, presentada por el Grupo Socialista sobre la "mejora de la situación de los trabajadores y las trabajadoras eventuales del campo en Andalucía". Durán pasaba papeles de un lado a otro, solicitaba la presencia del secretario y miraba al letrado, mientras daba paso a las votaciones sin intentar mudar el gesto.

Mucho más expresivo estuvo Durán la jornada anterior, cuando el PSOE perdió por primera vez una votación para convalidar un decreto ley que hubiese permitido reanudar de inmediato las promociones de unos 23.000 funcionarios de Administración General de la Junta.

Primero, un empate, porque no se contabilizó el voto del diputado de Podemos Juan Ignacio Moreno Yagüe. Pero la sentencia estaba dictada de antemano. De nada sirvió la queja de un diputado socialista que se temió lo peor porque su voto no se había contado y el PSOE perdió por primera vez la convalidación de un decreto ley, una figura aplicable desde la reforma del Estatuto en 2007, pero Durán le tranquilizó: "Sí, no lo dudo. Pero no se preocupe. De todas maneras, aunque su voto se hubiese emitido, evidentemente, la resolución de la Cámara es que el decreto no pasa". 46 (PSOE), 48 (PP y Podemos) y 14 abstenciones (Ciudadanos e IU).

A partir de aquí, follón. Primero, de los partidos; luego, de los sindicatos, mimetizados con los primeros. De fondo, los funcionarios, aquellos a los que ningún partido quiere soliviantar y cuya afiliación luchan los sindicatos a brazo torcido. De contexto, un decreto ley derogado que traslada una directiva europea de obligado cumplimiento que ordena computar el tiempo de experiencia como interino en los concursos con el criterio absolutamente contrario de los tribunales españoles, incluido el Supremo y el Constitucional.

Follón que venía precedido de otro no menos enrevesado y todavía irresuelto en el que el PSOE, con Ciudadanos de perfil, trata de forma maquiavélica (el resultado de una votación por encima de las intepretaciones de los juristas) de vetar las propuestas de ley que le lleguen de PP, Podemos e IU, no vaya a ser que se alíen, las aprueben y el Gobierno tenga que obedecer lo que manda el Parlamento, una boutade.

Con la oposición cabreada, la votación venía precedida de un runrún peligroso para el PSOE, que a diferencia de lo que ha acostumbrado en 33 años, esta vez llegó al Parlamento, miró a un lado y a otro, y se encontró solo.

Luego los socialistas quisieron justificar que los otros partidos se habían comprometido con los sindicatos a apoyar al decreto, un ejemplo de la ausencia de trabajo previo y de oferta real de consenso en un Parlamento fragmentado donde gobierna en minoría.

Los partidos de la oposición negaron cambios de opinión, pero algo hubo. Salvo Ciudadanos, que están abonados a la abstención en los asuntos transcendentes como si la cosa no fuera con ellos.

El PP, principal partido de la oposición, llegó a comprometer a un sindicato su abstención, pero en los últimos momentos Juan Manuel Moreno accedió al consejo del ala más veterana de su grupo (Arenas, Raynaud...) y ordenó votar en contra. Representantes de este sindicato que estaban invitados al pleno dieron marcha atrás avisados sólo un minuto antes de que comenzase el pleno (y por la Junta) de que el PP había mudado el voto. Fuentes del PP aseguran que lo expresado en las reuniones privadas fue que "estaban cerca" de la abstención.

Podemos, abonados a la coletilla de "tenemos que valorarlo" cuando se les pide su opinión, decidió su voto contrario en una reunión del grupo en la sobremesa. Se ha filtrado que Teresa Rodríguez, su portavoz y miembro de Ustea, estaba en contra. No obstante, el sindicato que tiene más representación en la función pública es Iniciativa Sindical Andaluza (ISA), una escisión de Ustea a la que no pertenece Rodríguez.

A IU también se le ha asociado un cambio de opinión, del apoyo a la abstención, pero resulta difícil pensar que tras la frustada experiencia de gobierno sea IU quien sirva de apoyo al PSOE.

En definitiva, un follón político que deja en el aire el follón de las promociones internas de funcionarios, las únicas de todas las administraciones de España con un criterio desfasado y que, por el momento, no cambia.

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