Recorrer a pie los 400 kilómetros que separan Córdoba de Madrid es para muchos una tarea imposible. Jesús Fernández García, un joven de 29 años que lleva un año en el paro y que está cansado de no encontrar un empleo, ha comenzado este camino para denunciar la situación de miles de jóvenes desempleados.

"Empecé a trabajar a los 18 años como peón encofrador. Luego me fui a la mili y cuando terminé me hacía cargo de la grúa en la empresa en la que trabajaba. Hace un año me quedé en el paro", comenta este asturiano nacido en Mieres que desde entonces ha vivido en distintas ciudades españolas en busca de una oportunidad.

Jesús, que acaba de comenzar este recorrido, explica mientras se dispone a hacer su primera parada en El Carpio -a unos 30 kilómetros de Córdoba- que cuando se quedó sin trabajo perdió también su casa, lo que le obligó a vivir, por primera vez en su vida, en la calle.

"No estudies, trabaja, trabaja. Eso es lo que se nos decía a nuestra generación al principio", se lamenta Jesús, quien emprende este camino sin miedo y con naturalidad porque, según explica, andar es lo que lleva haciendo desde que se quedó sin trabajo. Andar para buscar un empleo.

Cargado con una pequeña mochila -que ni siquiera está llena- y con el saco de dormir colgando, Jesús cuenta que no podía seguir así, parado, y decidió caminar desde Córdoba a Madrid para denunciar las escasas oportunidades que tienen los jóvenes en el país.

A una media de 35 kilómetros al día, Jesús calcula que llegará a la capital en unas dos semanas, donde se dirigirá al Ministerio de Trabajo para exigir, según cuenta, "responsabilidades".

"La juventud no tiene empleo y no hay expectativas. Como español tengo derecho a un trabajo", asevera, mientras se quita la chaqueta para seguir caminando más cómodo.

"Lo que hago yo lo tendríamos que hacer más jóvenes porque son las administraciones los culpables de la crisis", sostiene Jesús, quien, en su opinión, el Gobierno debería dar prioridad a los españoles a la hora de crear empleo.

Jesús entiende este "acto de protesta" como una forma de denunciar los altos índices de paro y las escasas oportunidades que tienen los jóvenes.

Este joven confía en que la gente que se vaya encontrando en su camino le ayude porque, según cuenta, viaja sin dinero y con la única compañía de su mochila.