Mensajes claros y concisos, sin florituras. La única promesa que realizó Unai Emery es la de dotar de agresividad al equipo y la de construir un estado de confianza propicio para sacar lo mejor de una plantilla en la que depositó toda su fe. Apremiado por las circunstancias, el guipuzcoano fue breve y franco en su presentación, producida entre su madrugador viaje desde Valencia a Sevilla para entrenar al equipo a las 10:30 y su traslado en el AVE de las 16:00 rumbo a Zaragoza.

Lo primero que hizo el técnico de Fuenterrabía fue "agradecer la llamada del Sevilla para desarrollar un estilo y un trabajo para mejorar a este equipo". "La intención era tener un tiempo de relax tras la aventura en Rusia y esperar acontecimientos para iniciar un proyecto, pero una oportunidad como la que me da el Sevilla no se puede dejar pasar, independientemente de cómo esté. Me siento respetuoso con Míchel, ha hecho un buen trabajo, pero no está el equipo donde merecía. Vengo a aportar, a sumar, y a sacar esa ilusión que hay en el sevillismo y en este equipo, para que pueda aflorar y que el Sevilla pueda disfrutar de lo que significa este equipo", dijo el ex técnico del Valencia.

Poco aportó en el capítulo de entradas y salidas, salvo su confianza en el grupo que tiene: "La idea que me han transmitido a mí igual que a vosotros es que no habrá muchas salidas, si es que hay alguna. El verdadero material está en esta plantilla, nos podría preocupar que saliese alguien importante, pero, si hay alguna necesidad, Unai Emery está expuesto a ello para ayudar a lo que se requiera, y en incorporaciones, van a ser mínimas si hay alguna. Yo confío plenamente en esta plantilla, es la verdadera materia prima y la que puede aportar una solución, tengo plena confianza. Ya hay una incorporación como Stevanovic y tiene visos de ser un gran futbolista que está en un proceso de crecimiento para que sea un crack".

Emery, pese a que dijo que todo había sido muy rápido desde que Monchi lo llamó el domingo por la noche y se reunió con él el lunes por la mañana hasta que ayer conoció a su plantilla, sí dio la pista de un estado positivo pese al contexto negativo: "Una salida de entrenador siempre deja un poso de culpa, de responsabilidad de cada uno, pero también ofrece un proceso de ir hacia delante, y de trabajar, algo en lo que los jugadores se ponen enseguida a ello. El clima es positivo, y ese positivismo va a salir a relucir, tenemos que mirar con optimismo".

También fue preguntado sobre cuál cree que es el mal de un equipo que ha tenido tantos entrenadores en tan poco tiempo: "Dar un diagnóstico exacto es muy difícil en el fútbol porque hay muchas variables. Hay que procurar aportar algo para sumar, crear un estado de confianza en el grupo en el que cada uno pueda expresarse de la mejor manera. Y eso puede causar un rendimiento u otro. Hay que procurar mejorar dinámicas, situaciones individuales de futbolistas que no estén en su mejor versión y, sobre todo, insistir en un estado de confianza, armonía, trabajo y unión para encontrar las mejores versiones de cada cual.

Y sobre su idea de juego, dijo: "Ya se irá viendo, partiendo de premisas básicas, como que quiero un equipo agresivo con balón y sin balón. El dibujo táctico no es tan importante como la actitud y cómo se desenvuelvan los jugadores. Hablamos de intensidad y yo añado un poco de agresividad. Es fácil hablarlo, luego hay que crear unos automatismos más claros".