Cultura

La madurez de una compañía

Compañía Atalaya. Autor: William Shakespeare. Dirección: Ricardo Iniesta. Escenografía: Joaquín Galán y Vicente Palacios. Intérpretes: Jerónimo Arenal, Carmen Gallardo, Joaquín Galán, Aurora Casado, María Sanz, Silvia Garzón, Lidia Mauduit, Manuel Asesnsio, Raúl Vera, Nazario Díaz. Lugar: Lope de Vega. Fecha: Jueves, 29 de abril. Aforo: Tres cuartos.

Uno de los directores de escena más shakesperianos, Peter Brook, suele decir que Shakespeare no refleja la realidad en sus obras sino que es la realidad misma la que habita en ellas. Y así sucede en verdad en esta durísima pieza, escrita en 1594 sobre unos hechos reales acaecidos un siglo antes: los crímenes perpetrados por Ricardo, Duque de Gloucester, hasta conseguir su ascenso al trono, poco antes de su terrible muerte en la batalla de Bosworth. La pelea más despiadada entre la ambición y todo lo que se enfrenta a ella: la compasión, el amor, la lealtad, la conciencia...

Una de las piezas más sangrientas y difíciles de Shakespeare que sólo podía ser afrontada por una compañía de la madurez de Atalaya. Porque en ella, siendo un trabajo completamente difierente, está la tragedia griega y Lorca y Valle-Inclán y Heiner Müller y Brecht, con ese distanciamiento, esas canciones y ese humor tan necesario para no morir ahogados en sangre.

Iniesta ha realizado un creativo e impecable trabajo de dirección y le ha ofrecido a sus actores lo máximo a su alcance: trabajar los aligerados textos con un experto en el verso shakesperiano y con la siempre brillante Esperanza Abad. Y los textos se entienden, poseen el ritmo necesario y logran contarle al público las terribles verdades, ayudados sabiamente por el juego infinito de las nueve picas que constituyen el único elemento escenográfico, por la música de Luis Navarro -con homenaje a Mikel Laboa incluido-, por las luces y los trajes de Carmen Giles. La labor de los actores, encabezados por Jerónimo Arenal, es sencillamente inmensa.

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