Helena Arriaza

¡Hurtado es humano!

Pantalla táctil

02 de mayo 2016 - 01:00

EL mundo se acaba. Ya no hay esperanza para la humanidad. El final está cerca. Esas son algunas de las frases que leí el miércoles pasado junto a diferentes montajes fotográficos con el rostro del presentador, cuando anunciaron que Jordi Hurtado dejará por unos días Saber y ganar. Hubo incluso medios que pusieron la noticia en portada, como si de un gran acontecimiento se tratase. ¡Qué más da que los políticos no se hayan puesto de acuerdo para gobernar el país y haya que convocar nuevas elecciones! Jordi se marcha y la noticia se convirtió en lo más comentado del día en las redes sociales durante bastantes horas. Lógico. Se ha descubierto que el ser que creíamos inmortal también es humano. Tras 19 años al frente de uno de los formatos más longevos de la televisión es la primera vez que el presentador se ausentará unas semanas por motivos médicos. Su sustituto será Luis Larrodera, una decisión correcta por parte de la cadena. Aunque lo de sustituto es porque hay que llamarlo de alguna manera. Fuera quien fuera el que se pusiera al frente del programa siempre tendrá detrás la sombra de Jordi.

Seguro que todo el que esté leyendo estas líneas ha visto alguna vez Saber y ganar. Personalmente he de reconocer que hace tiempo que no veo el programa, pero forma parte de los buenos recuerdos de mi infancia televisiva. Llegar del colegio y comer viendo a Jordi y a Pilar y escuchando a Juanjo formaba parte de la rutina. Con el paso del tiempo, aunque Saber y ganar hubiera intentado innovar en varias ocasiones, me resultó demasiado repetitivo y opté por otros programas. Años más tarde llegó mi reencuentro con Jordi, esta vez de forma diferente. En 2012 tuve la oportunidad de asistir a la recepción de los ganadores de los premios Ondas y a la gala de entrega de los galardones. Hurtado fue reconocido con el Ondas al mejor presentador. Y allí estaba él, destacando sobre el resto de premiados. Y no lo hacía solo por el color de sus gafas. Lo hacía por su emoción, su sonrisa y su amabilidad. Por aquel entonces llevaba quince años presentado el programa de La 2 pero transmitía la emoción de alguien que está empezando. El momento de subir al escenario a por el premio fue de los más destacados de la gala. El público aplaudía entre risas. Él saludaba triunfador y agradecido. Un claro ejemplo de su positivismo, de que todo se lo toma bien, de que no pierde la sonrisa. Si se meten con él, sonríe. Si se hace una broma sobre él, sonríe. Si un concursante es eliminado, sonríe. Si un concursante acierta la pregunta, sonríe. Seguir con la misma actitud, la misma postura, el mismo tono, la misma ropa y el mismo peinado durante 19 años es el secreto de su éxito. Al menos cambia las gafas. Los concursantes, sus compañeros, las pruebas y las preguntas son algo secundario. Ahora la gran incógnita es… ¿Sobrevivirá el programa a la ausencia de Jordi? O lo que es peor… ¿Sobrevivirá Jordi sin poder trabajar unas semanas? Ahora que sabemos que no es inmortal quién sabe…

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