LA distribución del libro Diccionario progre, de la editorial sevillana Jirones de Azul, coincide con el balance del desempleo en 2008. La cita mensual con los datos del paro es parada obligada en el vía crucis del eufemismo. La mayor innovación en las políticas de empleo consiste en darle la vuelta a la gravedad del problema para construir un discurso oficial a partir de un dato presuntamente bueno... por menos malo.

Tiene razón el autor del libro, el psicólogo Mario Flores, al vislumbrar que "el lenguaje es tan deslumbrante y tecnificado que pretende transmitir la idea de que estamos en manos de auténticos tecnócratas, personas con una preparación y formación espectacular". Animo a Flores a analizar lo que dijeron ayer desde la cúpula del Gobierno central (Zapatero y Corbacho), del PSOE nacional (Blanco y Pajín) y de la Consejería de Empleo(Fernández). Cuando tiene lugar la destrucción de empleo a la mayor velocidad conocida en el periodo democrático, se arguye que "es un mal dato, pero mejor que el de octubre y noviembre, y ojalá sea la tendencia que siga el desempleo".

En Sevilla, los nuevos parados de diciembre están dando saltos de alegría por formar parte de un dato "mejor que el de octubre y noviembre". No caben en sí de gozo por ser protagonistas de una "tendencia". Y se sienten reconfortados al saber que en Murcia ha subido más el paro. Ellos ya pueden preguntarle mes a mes a las autoridades qué hay de lo suyo. Como todos los que no consiguen empleo desde julio, desde agosto, desde septiembre... La gran verdad que se enmascara en el análisis de los datos.

Le hago una sugerencia al autor del Diccionario progre: la derecha política y sociológica es también una fábrica de eufemismos, sobre todo en cuestiones sociales y morales. Y a la hora de mandar, ya apenas hay diferencias, todos manejan el mismo manual cuando se intercambian los papeles de gobierno y oposición.