Sevilla

ANSIEDAD el cuadro clínico de la crisis

  • Especialistas constatan el aumento de los casos provocados por el permanente estado de incertidumbre

La angustia vital ante una carta de despido, la frustración por la enorme dificultad de encontrar un nuevo empleo, junto a la incertidumbre que causan los continuos recortes o el sentimiento de injusticia ante la pérdida de la vivienda han convertido a la ansiedad en uno de los cuadros clínicos que más aumentan en las consultas de los médicos de familia. Así lo constatan especialistas que han participado en el VIII Congreso Andaluz de Médicos de Atención Primaria que ha celebrado en Sevilla la sociedad científica Semergen-Andalucía. "Estos problemas son muy frecuentes en las consultas y han aumentado mucho con la crisis", explica el doctor José Ignacio Torres, quien presentó el pasado viernes las posibilidades que ofrece la homeopatía como complemento de los psicofármacos como son los ansiolíticos o los antidepresivos. "Las ventajas de la homeopatía residen en la ausencia de los efectos secundarios en el paciente y en que se utilizan pequeñas cantidades de fármacos", añade este especialista. Con las alternativas a las terapias convencionales o las novedades farmacéuticas, los médicos que se han reunido en Sevilla este fin de semana han intercambiado conocimiento sobre cómo mejorar la asistencia a los crecientes problemas de ansiedad.

La situación de crisis se traslada al ánimo de las personas. "El aumento de la ansiedad es lógico y normal en una sociedad en la que todos sufren, desde el jubilado que ahora tiene que mantener a un hijo, o incluso a una familia, a aquel que se ha divorciado tras los problemas de pareja al perder el trabajo. Sus hijos también sufren. Afecta a casi a todos", incide el doctor Antonio Madueño, coordinador del Grupo de Salud Mental en la Sociedad Andaluza de Medicina Familiar y Comunitaria (Samfyc). La inmensa mayoría de los casos de ansiedad, más del 90%, se resuelven en los centros de salud. El aumento de la demanda y los continuos recortes en los servicios públicos de salud terminan desbordando a los médicos de familia por la falta de tiempo. Muchos de estos casos de ansiedad, los más leves, pueden resolverse mediante técnicas centradas en la resolución de conflictos, pero ante la falta de tiempo del especialista, la mayoría de los tratamientos se centran exclusivamente en fármacos. El consumo de ansiolíticos crece de manera sostenida en el SAS.

La ansiedad puede manifestarse de múltiples maneras que pueden dificultar su diagnóstico. Desde mareos o dolores musculares, cefaleas hasta palpitaciones, sensación de ahogo y vómitos. A nivel psicológico los síntomas son también variados: aprehensión, agobio, irritabilidad, bloqueo, inquietud y obsesión. Como reacción, la ansiedad es natural al ser humano y es necesaria, por ejemplo, para mantener la alerta ante situaciones de posible riesgo o peligro. Pero se convierte en problema cuando este estado de alerta es permanente e impide una vida normal. Los casos más graves, si no son tratados, derivan en trastornos adaptativos y pueden terminar en otros problemas mentales más severos.

Además del contexto marcado por la crisis, otros factores influyen en la aparición de la ansiedad como problema: factores genéticos y rasgos de la personalidad. "En su aparición participa la capacidad para superar dificultades o para adaptarse a realidades como el fallecimiento de un ser querido, un despido o un fracaso sentimental", asevera el doctor Torres. Ante un cuadro de ansiedad, los especialistas tratan de bucear para conocer "el origen del problema, que puede ser un entorno frustrante o un problema de salud como son los trastornos del tiroides, que también provocan ansedad", añade el psiquiatra Rafael Navarro, profesor en la Universidad de Granada. "Este problema es muy desagradable para el que lo sufre y para su entorno familiar", añade el experto. La ansided requiere de tratamiento y de algún modo el afectado termina acudiendo a Urgencias o al médico de familia, si bien suele presentarse ante el médico aquejado por un problema de tipo físico, ya que aún hoy la depresión y la ansiedad están marcadas por el estigma.

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