El gobierno busca una empresa privada que se haga cargo de la explotación del edificio del Costurero de la Reina con fines turísticos. Y lo hace por la vía de la negociación directa después que sorpresivamente hayan quedado desiertos los dos concursos de licitación que ha convocado al efecto. En el primero se estableció un canon anual de 46.000 euros y en el segundo se rebajó a alrededor de los 25.000, casi un 45% menos respecto al precio inicial; pero ni con ese recorte se ha conseguido captar el interés de alguna sociedad. El Consorcio de Turismo, que publica las convocatorias, ofrece incluso la posibilidad de que en la planta baja y el pequeño jardín del edificio haya una cafetería, una posibilidad que debe combinarse con fines eminentemente turísticos, entre los que destacan las tareas de asesoramiento al visitante, la venta de recuerdos de la ciudad, la potenciación de la ruta de la Sevilla del 29, el wifi que haga posible una descarga rápida de los programas específicos para turistas y hasta un denominado demostrador turístico, basado en tecnologías de gestión turística empresarial.

La concesión que ofrece el Ayuntamiento es por dos años a cambio del pago de un canon que permita el mantenimiento del edificio. Se ofrece la posibilidad de una prórroga de dos años. El valor mínimo de licitación en la primera convocatoria era de 46.024,78 euros anuales, revisable anualmente conforme al último IPC publicado a la fecha de revisión del contrato y un canon variable anual equivalente como mínimo a un 5% sobre el rendimiento líquido obtenido (ventas realizadas menos coste de los aprovisionamientos) una vez deducidos los gastos de personal, sueldos y seguridad social; obras de conservación, mejoras y ampliación; diseño y producción de artículos encomendados por el Consorcio Turismo de Sevilla; asesoría fiscal, laboral contable; suministro de material de papelería para el funcionamiento del centro; prima de seguros, comisiones bancarias de pago con tarjetas de los clientes; artículos de protocolo entregados al Consorcio; gastos de electricidad, teléfono, agua, limpieza y cualquier suministro necesario para el funcionamiento habitual del centro. El valor estimado del contrato asciende a 184.099,12 euros, según los cálculos de los pliegos de condiciones.

El Costurero de la Reina funciona en la actualidad como lugar de atención al turista, pero con un horario reducido. En el mandato de PSOE e IU se apostó por su uso como centro de interpretación de las exposiciones uiniversales de 1929 y 1992, por lo que mantiene una serie de paneles en recuerdo de aquellas dos grandes muestras.

Al Ayuntamiento le consta el interés de alguna empresas privada en hacerse con el edificio por la vía de la negociación directa, instrumento por el que el tope es de 25.000 euros. Está completamente descartada la posibilidad de sacar un tercer concurso de licitación para adjudicar la explotación directa del edificiocon fines turísticos.

Sorpresa por el desinterés de las empresas

Que ni una empresa haya siquiera participado en los concursos de licitación del Costurero de la Reina no ha dejado de sorprender en el Ayuntamiento, pues a los valores histórico-artísticos del edificio hay que sumar una ubicación que se considera idónea. El Costurero está muy próximo al río, precisamente a un tramo que está siendo potenciado desde hace varios años por el Plan Turístico. También está enfrente de una de las entradas del Parque de María Luisa e incluso cerca del bar Chile, que cuenta con animación a diario. De hecho, alguna empresa ha mostrado su interés en abrir un bar de copas en este edificio, cosa que se ha rechazado rotundamente.

El edificio es de finales del siglo XIX, obra del arquitecto Juan Talavera. No se encuentra en mal estado de conservación porque ya fue restaurado recientemente. Su función originaria era de la de ser la vivienda del conservador de los jardines de San Telmo y  el Parque de María Luisa. Actualmente es utilizado como Oficina Municipal de Información Turística del Ayuntamiento de Sevilla. Se realizó una restauración durante la primavera de 2007 para arreglar algunas deficiencias estructurales y acondicionarlo como dependencia del Consorcio de Turismo y como mirador.

Además de sus funciones como Oficina Municipal de Información Turística en la planta baja, se ha habilitado la primera planta como sala de exposiciones, sala de acceso a internet y dependencias administrativas de Turismo. Aprovechando las obras, la azotea ha sido habilitada como mirador. También se han recuperado los jardines que forman parte del recinto, así como se ha renovado su iluminación. No es la primera vez en tiempos recientes que un concurso de adjudicación de un edificio municipal se queda desierto. Siendo alcalde Monteseirín fue imposible efectuar la concesión de los bajos del Mercado del Arenal, en deficiente estado de conservación, que siguen sin uso desde que los servicios de recaudación se mudaron a otras sedes. Y lo mismo ocurre con la antigua sede de la Policía Nacional en la Gavidia.