Los más de 100 comerciantes de Bami afectados por la zona azul temen los efectos económicos que se avecinan a partir de septiembre y siguen molestos por la obligación de tener que pagar por aparcar donde trabajan. Desde el día 1 el barrio será el único de Sevilla con zona azul durante casi toda la jornada, desde las 8:00 a las 22:00, y con todas sus calles afectadas por zona azul o zona de muy alta rotación, según las condiciones marcadas por el Ayuntamiento. En estos dos meses de verano sólo ha funcionado desde las 9:00 a las 14:00, por lo que han reaparecido de 3 a 4 gorrillas a Bami cuando acaba la zona azul.

"En julio y agosto el barrio ha estado desierto pero en septiembre se verá el efecto que causa la zona azul con el hospital, los trabajadores, los colegios y universitarios de alquiler que viven aquí", advierten.

A la espera de que los tribunales opinen sobre el recurso contencioso presentado por Facua contra la ampliación de la zona azul, los comerciantes consultados creen que si hay que pagar por aparcar se reducirá la clientela que viene a sus negocios, y aseguran que en junio ya se notó una bajada. Por ese motivo ya han reclamado en varias reuniones con el Ayuntamiento un bono con precios especiales para la zona azul, como el de 80 euros al año que tienen los vecinos. "Está mal que no den bonos al comercio como lo dan al vecino. Los comerciantes y trabajadores tenemos que aparcar fuera del barrio o alquilar una plaza de garaje para no pagar la zona azul", cuenta el dueño de la cafetería Valme, que ha participado en las reuniones con el Consistorio como representante del colectivo.

El propietario de este negocio explica que él aparca sobre las 6:00 de la mañana en los alrededores de Bami cuando llega, y aprovecha que a esa hora no hay gorrillas. Varios comerciantes consultados corroboran que dejan su coche en la explanada de albero de Manuel Fal Conde, junto a la vía tren pero ya en el Polígono Sur ("allí hay pelea para ver quién aparca", aseguran), en los alrededores de Bami y en la barriada de Pedro Salvador, a 15 minutos a pie de los comercios de Bami. Varios vecinos consultados admiten que en verano también han dejado su coche lejos para no abonar 80 euros al año.

"Al comercio esto le va a afectar. No estamos conformes. Aquí se ha montado la zona azul sin criterio. No ha habido negociación. Es una medida recaudatoria pura y dura", protesta el dueño de la carnicería Rosarito, para quien "muchos vecinos viven aquí pero no trabajan en la zona y los comerciantes pasamos todas las horas aquí".

Este verano, el único elogio de algunos comerciantes a la novedad de la zona azul es que "el barrio está más limpio, que Lipasam viene a limpiar más y que la zona ha ganado y no se ve lo que había antes", en opinión del responsable de la cafetería Valme. Otros opinan que el problema de los gorrillas persiste y que sólo se ha trasladado a los barrios de alrededor. "No se ha erradicado. Se ha trasladado a los barrios donde aparcan los vecinos y comerciantes para no pagar", opina el dueño de la carnicería Rosarito, que también ha participado en las reuniones con el Consistorio.

El gremio lamenta que las reuniones con el Ayuntamiento no han solucionado nada hasta ahora y no son optimistas pero seguirán intentándolo. "Si nos lo dan a nosotros tendrían que dárselo a los comerciantes de Nervión. Es muy difícil", opinan. Creen que las reuniones sirven de poco cuando ya está implantada la medida.

Sobre el parking subterráneo de Bami comerciantes consultados opinan que "todo el mundo se ha lavado las manos y la superficie se ha quedado como un desierto de hormigón".

Desde Izquierda Unida, su portavoz municipal José Manuel García exigió ayer al alcalde que "rectifique" la ampliación de la zona azulde "sin consenso, algo que los sevillanos no le van a perdonar. Vaticina que supondrá "un coste importante para el PP con reflejo en las elecciones".

El delegado de Movilidad, Juan Bueno, replicó que está "absolutamente tranquilo" con el recurso de Facua y defiende "la legalidad del proceso", que los ciudadanos están respondiendo de modo "favorable" a la zona azul, que se estudia satisfacer a la mayoría de los usuarios y que se cobran tarifas por debajo de la media española.