La implantación de la zona azul en Bami sigue dando titulares. Tres meses después de que el gobierno local -en una de sus medidas más polémicas- estableciera el aparcamiento regulado en este barrio, las críticas no han cesado. Prueba de que las aguas continúan turbias son las denuncias de las que se hacen eco los comerciantes de la zona. La última se hizo pública este miércoles. Entre otras consecuencias de la zona azul puestas de relieve por el colectivo llama la atención la existencia de un mercado negro.

Aunque en un principio esta denuncia pueda resultar poco lógica, lo cierto es que los comerciantes aseguran que hay vecinos que han hecho uso de la picaresca con este tipo de aparcamiento que el Ayuntamiento implantó en verano para acabar con el problema de los gorrillas en la zona. Según explicaron algunos propietarios de negocios a este periódico, varios residentes de Bami que han pagado 80 euros por el bono anual en la zona azul contaban previamente con plaza de garaje privada que ahora la han alquilado, por lo que se están "lucrando" con el aparcamiento de regulación horaria.

Este hecho explicaría una cierta fricción entre vecinos y comerciantes de Bami respecto al establecimiento de la zona azul. Aunque desde que se anunció esta instauración se creó una plataforma que integraba a residentes, trabajadores y usuarios, lo cierto es que en las próximas semanas se constituirá otra formada exclusivamente por "pymes", según detalló este miércoles Victoriano Suárez, representante de la primera plataforma.

Por ahora, se siguen recogiendo firmas contra la zona azul y se está a la espera de que el Defensor del Pueblo Andaluz emita un informe sobre la instauración de este tipo de aparcamiento tras la queja elevada por la plataforma. Otra de las intenciones adelantadas por Suárez es presentar durante el trámite de audiencia de las ordenanzas fiscales de 2015 una petición para "disminuir en la medida de lo posible" la zona azul en Sevilla, que quedaría limitada a las calles "en las que sea imprescindible". Para ello se acogerán a la Ley de Haciendas Locales, según la cual -en palabras de este representante- la recaudación de las tasas no puede superar el coste del servicio. "Aussa recoge 1,8 millones de euros al año por el aparcamiento regulado, unos ingresos que superan el límite legal", explica Suárez.

Mientras se prepara la "estrategia" jurídica hay comerciantes como Juan Manuel Bellido, propietario de una cristalería en Bami, que ha llegado a pagar 660 euros mensuales por aparcar los tres vehículos de su empresa en la zona azul. "Los bonos prometidos a los comerciantes no han llegado y me he visto obligado a aparcar fuera del barrio, por lo que necesito varios empleados para transportar diariamente los cristales", denuncia Bellido, quien asegura que en negocios como el suyo los ingresos han caído un 40% desde que se implantó la zona azul.