Punto de vista

josé Ramón / del Río

Arte y tomadura de pelo

HAY muchos que se preguntan si todo el arte de nuestro tiempo es arte y no se trata, en algunas ocasiones, de una tomadura de pelo. Y esto viene a colación, porque lo que fue el monasterio cartujo de Santa María de las Cuevas (así llamado porque se encontró una imagen de la Virgen en una de las cuevas labradas por los alfareros, para extraer la arcilla) es hoy el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo y allí ha tenido lugar una exposición del artista chino Ai Weiwei, consistente en 96 vasijas de porcelana, que representan, según su autor, "e l fantasma Gu bajando de la montaña". El lugar de la exposición está bien escogido, porque no en balde la isla de la Cartuja (donde estuvo enterrado Cristóbal Colón) tiene una rica tradición alfarera desde los almohades, luego los trianeros, y que continuara desde mediados del siglo XIX el inglés Pickman, que popularizó en todo el mundo la cartuja de Sevilla, con sus lozas y porcelanas decoradas al estilo inglés, que tantos recuerdos nos traen de nuestra niñez.

Resulta que la exposición, cuyas noventa y seis vasijas estaban alineadas en el suelo en ocho filas de doce, ha sido muy visitada, contándose medio millón de colegiales, pero cumpliendo el dicho de que "tantas veces va el cántaro a la fuente…" una señora de la tercera edad tropezó con una de las vasijas y la hizo añicos. Con mucho sentido práctico, pero quizás falto de vocación artística, el consejero de Cultura de la Junta ha declarado que el desperfecto lo pagará el seguro, que para eso está.

Se comprende que esto le puede pasar a cualquiera, pero colocar en el suelo 96 porcelanas sin acotar el espacio es una temeridad. El organizador no debió recordar que Felipe González se comparaba a un jarrón chino, que nadie sabe dónde colocar, hasta que al final se rompe. Pero del suceso lo que yo quiero destacar es el ingenio de nuestra gente. Un comentarista de la noticia dice: "no sé cómo nos dejan ná; hundimos la réplica de la Niña, el avión del Barón Rojo, ese que consiguió aterrizar con el piloto muerto". Otro da la solución para el percance: "que quiten una fila entera y arreglao", y otro más activo dice: "joder, la que hubiéramos liado en el pueblo con los tira-chinas". En fin, hay quien recuerda que una limpiadora barrió en una exposición una escultura porque la creyó basura.

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