Atractivo partido entre dos equipos en alza

Marcelino augura un partido loco esta noche en Heliópolis, como una repetición del librado hace quince días en Anoeta, pero casi nadie se lo cree. Conociendo el cartesianismo del competente técnico astur resulta complicado creer en un Valencia desatado para ir a lo que salga. Dos maneras tan distintas de transitar por la competitividad no parece que vayan a derivar en un espectáculo como el de San Sebastián.

Sí se puede estar seguro de que el Villamarín va escenificar una fiesta a poco que las cosas vayan como se esperan. La comunión entre la grada y la yerba propician una noche jubilosa. Luego pasará lo que tenga que pasar, que tampoco va el Betis a ganar siempre, pero que lo que se anuncia tendrá tintes jubilosos no hay cristiano que lo dude. También los precedentes invitan al optimismo, aun considerando que no hay un solo río que pase dos veces por el mismo puente.

En el Betis surge un tono sombrío en la ausencia de Javi García, que se ha convertido en aduanero mayor del equipo, pero tampoco puede un equipo depender de un futbolista. Seguro que Setién dará con la tecla idónea para que el grupo no se resquebraje. No obstante, el pleito se prevé complicado con la presencia de un Valencia que aún no hincó la rodilla y que, como el Betis, pertenece al selecto club de los que pescaron en las procelosas aguas chamartineras.

El rival de hoy ha virado 180 grados respecto al del año pasado. Que sea Marcelino quien lleve la batuta garantiza un bloque siempre ordenado, aunque en su último partido anduvo demasiado a expensas del rival, ya que el Athletic bien pudo dañarle a través de un segundo tiempo de clara superioridad vasca. Estamos ante un choque de excelente cartel entre dos equipos que cotizan al alza, pero sin que nos creamos eso que ha dicho Marcelino de que será un partido loco.