La crónica económica

Alberto Laborda

Colonizados colonizadores

HACE unas semanas se cumplieron sesenta años de la salida de las tropas británicas de India. El Primer Batallón de la Infantería Ligera de Somerset, a los sones de Pompa y Circunstancia, desfilaba por última vez en las calles de la entonces Bombay, ahora Mumbay. Aquel desfile escenificó el final de casi 200 años de dominación del Imperio Británico en el Subcontinente Indio. Coincidiendo con este aniversario, una compañía hindú de camiones y utilitarios de bajo coste, Tata, ha adquirido dos insignias del Imperio Británico, Jaguar y Land Rover. Quiero pensar que la coincidencia de fechas habrá sido pura casualidad, pero no deja de ser curioso.

En realidad, Jaguar y Land Rover habían dejado de ser propiedad británica tiempo atrás. Pertenecían a la norteamericana Ford que compró Jaguar en 1989 y Land Rover en 2000. La complicada situación económica por la que atraviesa Ford le ha obligado a vender estas dos marcas señeras. La operación ha supuesto para Tata un desembolso de unos 1.710 millones de euros. ¿Qué gana Tata con esta adquisición? Por encima de todo, mejorar su prestigio al incorporar a su grupo estas marcas de automóviles de alta gama. En segundo lugar, acceso a tecnologías más avanzadas y sofisticadas que las que actualmente utiliza en su producción. Y en tercer lugar, disponer de la red de distribución que las marcas Jaguar y Land Rover tienen en todo el mundo. Contar con ella abre a Tata mercados muy difíciles de acceder en solitario. Precisamente las quejas le han llegado a Ford de la red de distribución. Temen la influencia negativa que Tata puede tener en las ventas de vehículos en los que el cliente busca, y paga, prestigio y exclusividad.

Pero la influencia de esta empresa hindú no queda en lo que hemos comentado. Tata y FIAT llevan ya unos años colaborando en el desarrollo de modelos y motores. La colaboración llega a tal grado que Ralan Tata, dueño del grupo, se sienta en el consejo de administración de FIAT.

Otro interesante fenómeno empresarial surgido en India, otro colonizado colonizador, es Lakshmi Mittal. Mittal es el propietario de Mittal-Arcelor Steel Company, la mayor productora de acero a nivel mundial. Está considerado uno de los hombres más ricos del mundo y aunque nació en India vive en Londres. En el año 2004 fue elegido el Empresario Europeo del Año por la revista estadounidense Fortune. Su consagración definitiva ha sido hacerse con Arcelor, el mayor grupo europeo de fabricación de acero.

Aunque estamos hablando de fabricantes de automóviles, camiones o acero, el despegue económico de India se ha basado fundamentalmente en el sector servicios. Desde hace décadas se ha invertido intensamente en investigación tecnológica. India tiene satélites artificiales y bomba atómica. Sus científicos gozan de prestigio internacional. Como curiosidad, la megafonía del Aeropuerto de Heathrow en Londres se gestiona desde India. Cuando nos anuncian un vuelo, la persona que nos habla lo hace desde una oficina situada en la otra esquina del planeta. Con razón los británicos llamaban a India la Joya de la Corona.

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