Manuel / Hidalgo

Grandes industrias en Andalucía

La tribuna económica

05 de diciembre 2008 - 01:00

EL gascón Cyrano de Bergerac, en la obra de teatro homónima, utilizaba al cadete Cristián, dando rienda suelta a su elocuente verso, para cantarle su amor a Roxanne. Ésta, ignorante del verdadero origen de las palabras del cadete, se cree enamorada de su alma, cuando en realidad lo está de la del gascón. La razón por la que el primero se oculta es por miedo a que su fealdad supere a su capacidad de seducir con las palabras. Al final, cuando la muerte se acerca, él se siente con valor para declarar su amor. Pero ya es tarde.

Parte del sector industrial andaluz tiene algo de Cyrano. A ojos vista de la gente, un desarrollo sostenible puede venir motivado por la existencia de actividades que sean coherentes y respetuosas con el medio ambiente, que generen riqueza sin agredir otros ámbitos de la vida humana. Nos agrada ver los comercios, los edificios de oficinas benevolentes con el skyline heredado tras siglos de tradiciones arquitectónicas... Por el contrario, nos horripila y rechazamos los polígonos industriales coronados por altas torres humeantes. Es lógico.

Sin embargo, estamos tan engañados como lo estuvo Roxanne. La industria es el motor de crecimiento a largo plazo. Un modelo que no cuente con ésta es, en la actualidad, un modelo que nos apartará de la senda del crecimiento sostenido y de la convergencia. Es la industria la verdadera locomotora de la innovación, de la inversión y por ello de la productividad. La industria debe ser la gran apuesta para nuestro futuro.

El pasado martes se presentaba un informe conjunto de la Asociación de Grandes Industrias del Campo de Gibraltar y de la Asociación de Industrias Básicas y Químicas de Huelva. Su canto desesperado a que la sociedad las conozca nos demuestra que los andaluces les damos la espalda. Quieren que veamos que no es su contaminación, reducida en más de un 60% en diez años debido a su compromiso con el medio ambiente, sino su capacidad para generar riqueza en el entorno, el principal activo que aportan a la sociedad. No nos gustan porque ciertamente no son agradables a la vista. Sin embargo, su desaparición sería una gran pérdida.

Estas industrias facturan más de 16.000 millones de euros, representan el 33% de la producción industrial andaluza, generan 15.073 empleos, y pagan casi 500 millones de euros en salarios. Su presencia es importante. Su importancia, máxima. Y sin embargo, muchas veces seguimos considerando que estorban.

Estos clusters industriales, como el resto de menor entidad pero no de importancia, deben ser la punta de lanza de una política industrial definitiva y comprometida. Infraestructuras, suelo, ayuda a la inversión… deben ser los valores puestos en realidad por las administraciones y la sociedad para facilitar, no perjudicar, la actividad de estas industrias. Éstas deben comprometerse, a su vez, con reducir al mínimo su impacto ambiental. De este compromiso dependerán, no cabe duda, muchos empleos, salarios y familias de nuestra comunidad autónoma.

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