'Inside Job' a la española

LA película que se exhibe con más sesiones en el Avenida Multicines, y así ocurre desde hace varias semanas, es un documental de dos horas en versión original subtitulada sobre la economía financiera. Los sevillanos que acuden, ¿acaso son miembros de una secta de masoquistas? La mayoría acude porque algún amigo o conocido le ha recomendado que no se la pierda. Y hacen bien. El extraordinario trabajo de Charles Ferguson y Audrey Marrs, con la voz de Matt Damon como narrador, ganó hace dos meses el Oscar al mejor documental pese a ser un monográfico que no deja títere con cabeza para señalar a los responsables de la gigantesca crisis financiera que estalló hace cuatro años.

Con una coherencia y rigor dignos de encomio, Inside Job lo cuenta todo sobre la gran estafa política, económica e intelectual que gestó, incubó y extendió un modelo especulativo inmoral de punta a cabo. Y tiene el valor impagable de haber logrado entrevistar a solas a más de una docena de altos ejecutivos, consejeros, políticos y economistas implicados (de Reserva Federal, Goldman Sachs, Lehman Brothers, Harvard, Columbia, etcétera), y hacerles ante la cámara preguntas fundadas en datos irrebatibles que les dejan lívidos, cariacontecidos y sin capacidad de articular una frase mínimamente coherente.

La singularidad española de la crisis, con el sobredimensionamiento de la especulación inmobiliaria y el hundimiento de la economía, da materia sobrada para hacer un Inside Job a la española. Pero en España no hay bemoles. Es mucho más difícil por falta de cultura democrática para aguantar el chaparrón. En Estados Unidos aún es posible, e incluso se premia, la libertad de un documentalista para poner en evidencia tanto a los presidentes republicanos (Reagan y los Bush) como a los demócratas (Clinton y Obama). En España sólo se tira de la manta politica a medias, para destapar a unos, abrigar a otros y mantener a salvo a las personas que, en la banca y en las finanzas, prostituyen la honradez.