Pilar / Cernuda

El PSOE ha vuelto

Crónica personal

11 de noviembre 2013 - 01:00

HAN sido las dos frases de la Conferencia socialista, "El PSOE ha vuelto" de Rubalcaba en el acto de clausura y "No lo estamos haciendo bien" de Susana Díaz en el acto de inauguración. La de Rubalcaba significa que los asistentes a la Conferencia han trabajado a fondo, han conseguido animar a los desanimados y corregir los errores. Rubalcaba ha salido potenciado, aunque no se sabe por cuánto tiempo. Si aprovecha la ola de entusiasmo a lo mejor incluso consigue mantenerse en la secretaría general.

Logró que quedara aparcada la polémica sobre primarias que amenazaba con quebrar el espíritu con que se había convocado la Conferencia: relanzar el partido para ganar las europeas dentro de unos meses y acariciar el sueño de ganar a Rajoy. Pero los que más se mueven para que se decida cuanto antes el cartel quieren llevar el asunto al próximo comité federal.

El PSOE sale de la Conferencia con un discurso más de izquierdas, Rubalcaba era consciente de que era lo que esperaban las bases frente a los recortes de Rajoy. Tuvieron que dolerle los pitos cuando se reiteró el apoyo a la monarquía, él que siempre ha mantenido una espléndida relación con el Rey y que no tiene complejo en admitir que está convencido de que el Príncipe Felipe será digno y buen sucesor de su padre. En cambio las propuestas sociales y la de romper el concordato con la Santa Sede tuvieron que agradarle, por socialista y porque la revisión de los acuerdos con el Vaticano fue una propuesta suya en Sevilla.

Cualquier observador podía advertir que Rubalcaba se sentía a gusto en su piel, probablemente porque él mismo y sus colaboradores consiguieron neutralizar las maniobras que ponían en cuestión su liderazgo. Los asistentes no ocultaron su satisfacción por las propuestas sobre educación, igualdad, aborto, sanidad e impuestos, eternos caballos de batalla del PSOE contra el PP, y Rubalcaba sintió por otra parte el apoyo de los hombres que han llevado a lo más alto al PSOE, los que presidieron y formaron parte de sus gobiernos. Con ellos al lado, podía tocar el poder con la punta de los dedos.

La Conferencia le ha salido muy bien a Rubalcaba, ha cubierto las expectativas, sale reforzado y con los militantes más ilusionados que hace tres días. Pero ese clima debe prolongarse si pretende mantenerse en la secretaría general. Porque hay media docena de dirigentes que están pendientes de que falle para levantar el dedo y decir "aquí estoy yo para salvar el partido".

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