En el adiós a un orfebre del color

22 de julio 2017 - 02:30

Se ha muerto sin volver a ver la luz de Conil, el mar azul de Conil, y allí, en Conil, en un bar del Carril de la Fuente, platicamos por última vez. Me estoy quedando sin esos mis clásicos que una vez reflejé en una serie de entrevistas titulada Sevillanos gran reserva. Quedan muy pocos de aquello y ayer se me fue uno de los que más profundamente me llegaron al alma. Era una tarde en que el sol de los coletazos del invierno se iba rumbo a la cornisa y él acababa de recibir una cornada que le tenía varado y ya casi sin vista. Junto a él, Carmen, su mujer como lazarillo de lujo para un artista que dejó de percibir el gran secreto de su pintura, los colores. Consideraba que el mejor rincón de su Sevilla del alma era toda Sevilla, pero "si me pierdo, que me busquen junto al mar" decía nostálgico de todo un gran pintor que ayer nos dejaba para siempre. Descanse en paz Joaquín Sáenz.

stats