El duro sólo lo cambia quien lo tiene

La gran noticia para el Sevilla ha sido tener la posibilidad de volver a confiar en su portero

13 de febrero 2018 - 02:32

únicamente quien lo posee está en condiciones de cambiar el duro y Sergio Rico lo cambió antier a mediodía mediante dos paradones y un racimo de aciertos. Muy cuestionado tras la manita de Reyes y sus tarugadas ante Cala y Siovas que se acentuaron la tarde triste de Ipurua, el corpulento chicarrón sevillano hizo que las lanzas se hiciesen cañas para bien del Sevilla. Y es que caminar con el portero en entredicho es muy peligroso.

Nadie ha dudado en afirmar que si los tres puntos se quedaron en Nervión fue por mérito exclusivo del portero. Tras un par de intervenciones exitosas, la soledad del portero ante el penalti, que escribió no recuerdo quién. Ahí, a tiro de piedra del descanso, se agigantó la figura de Rico para que a su presunto verdugo se le quedase pequeña la portería para apostar por el pelotazo a cualquier parte. Y ahí surgió imponente la figura del portero para rentabilizar su envergadura.

Una hora más tarde y después de otro par de intervenciones frutos de unos reflejos felinos y cuando ya no hubiera dado tiempo a nada, ese incordio que es Portu lo fusilaba a quemarropa con un testarazo que parecía inapelable. Una mano prodigiosa de Rico neutralizaba lo que hubiera sido que el Sevilla tuviese hoy dos puntos menos. Era el pase de la firma a una actuación que va a servirle para que esos inquietantes murmullos que bajan de la grada cesen por una temporada.

Fue la actuación de Rico la gran noticia de un partido que, además, le generó tres puntos que siempre parecieron en el aire. Puntos de oro, pero mejor que todo eso fue recuperar a un hombre que desempeña un rol vital para el equipo. Jugar con desconfianza en el portero es como una especie de ruleta rusa en la que nunca se sabe dónde está la bala. Lo que le viene al Sevilla, su futuro inmediato, es espeluznante y, sin duda, haber vuelto a confiar en su portero es formidable.

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