Francisco / Andrés / Gallardo

Dos marujas

Visto y oído

19 de junio 2009 - 01:00

JESÚS Hermida cuando hace algo más de veinte años dirigía el primer contenedor matinal en TVE tenía en mente, claro, a las marujas. A las millones de amas de casa que estaban dispuestas a sintonizar el televisor mientras hacían sus labores. Ese era el público potencial, pero no el único. El inmenso Por la mañana tenía sus guiños femeninos, en el culebrón Los ricos también lloran, estrenado antes; en los concursos y sobre todo en aquellas operetas en vivo en las que valores como María Teresa Campos se desconyuntaban gustosas en su espíritu marujo. La matriarca se llevó después decenio y medio dando rienda a esas gansadas de la comedia y a los alaridos de barrio bajísimo con Paco Valladares o la mismísima Rociíto.

María Teresa, a la que todavía parece escocerle aquella algarada que tuvo en directo con el del flequillo, es muy injusta al asegurar que el programa de Hermida era "más para marujas" que el suyo y que el de Ana Rosa Quintana. España y su televisión son muy diferentes entre 1988 y 2009 y por fortuna a Jesús Hermida nunca le hizo falta dedicar una hora a tertulias como las de ellas sobre los realities de sus cadenas y otra hora a las belenes de la vida. Hermida fue el primero en dirigirse a las marujas y también el primero en invitar al mediodía a ministros, a pensadores, a escritores.

Intentar elevarse pisoteando lo que hicieron los antecesores dice muy poco de estas dos estrellas ya venidas a menos que se han hecho de oro a costa de esa audiencia matinal que por primera vez encandiló Hermida. Ahí entran las mal llamadas marujas, los pensionistas, desempleados, noctívagos y un porrón de afortunados que tienen tiempo libre para echar una ojeada al plasma cuando el día está todavía crujiente como el pan. No hay nada que peor que hacer un favor a quien no se lo merecía, pensará el retirado Jesús Hermida cuando ve a la Campos con el colmillo suelto.

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