Luis Carlos Peris

El respeto sube las dificultades

Desde mi córner

Llegar a Suráfrica liderando la tabla mundial hace que la ilusión se venga tan arriba como las complicaciones

17 de diciembre 2009 - 01:00

PASAMOS de la furia al tiquitaca y santo milagro. Por segundo año consecutivo, la FIFA considera que la selección española debe liderar la tabla mundial y, además, de forma inapelable, sin discusión posible, por encima de Brasil y de todas los demás. Tanto tiempo con el dale que te pego a la furia española, tanto recordar aquello de "a mí el pelotón que los arrollo" con que España vio la primera luz, en Amberes por cierto, y resulta que íbamos por un camino equivocado. Y, claro, pasa que ahora no nos explicamos cómo un país en el que proliferan los bajitos, mayormente con mala leche, podíamos querer ganar por la fuerza.

Se cierra el año y ahí el equipo español, en todo lo alto de lo más alto gracias a esos bajitos que tan bien juegan. Me decía hace poco un iniciado en cuestiones futbolísticas que el día que, por ejemplo, Xavi se la dé a un contrario debería ser noticia y hasta, incluso, de primera plana. Se ven las cosas hogaño muy fáciles, como se vio lo del huevo cuando Colón lo rompió para ponerlo de pie, pero lo cierto es que ha tenido que salir una generación de virtuosos para que el equipo español ocupe el puesto que ocupa en el concierto universal. Xavi, Iniesta, Silva, Cesç Fábregas, Villa con el complemento de Ramos, Piqué, Puyol, Torres, Xabi Alonso, Iker, agítese y ¡eureka!

Hay que ver, se dicen muchos, la de años que perdimos intentando ir por el camino más corto cuando la solución estaba en la acera opuesta, en la de ir tocando para encontrar los recovecos por donde eludir al contrario. Sí, pero todo se ha logrado cuando surgió un puñado de bajitos que hablan el mismo fútbol. A pesar del petardo que pegamos ante los yanquis en la Confederaciones, España sale un año más como la mejor selección del mundo. Todo eso hará que las esperanzas de ganar alguna vez el Mundial se acrecienten, pero también sube el nivel de respeto con que recibirán a nuestro equipo y eso en fútbol siempre ha sido sinónimo de dificultad añadida.

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