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Coronavirus España

Europa baraja no indicar la vacuna de AstraZeneca a la tercera edad

  • La agencia europea da hoy su veredicto sobre la nueva fórmula, que tampoco resolverá la escasez

  • La UE teme diez semanas más sin dosis suficientes y presiona a los laboratorios

Una enfermera manipula una dosis de la vacuna de Pfizer en Jerez.

Una enfermera manipula una dosis de la vacuna de Pfizer en Jerez. / Pascual

La vacuna de AstraZeneca tampoco resolverá la escasez imperante. Sin buenas noticias en la campaña de vacunación a causa de los problemas en el envío de dosis por parte de Pfizer y Moderna, la fórmula de AstraZeneca y Oxford, cuya aprobación con carácter urgente está prevista para hoy, no estará indicada por ahora para la tercera edad. Es ésa justamente la población sobre la que se ha priorizado la campaña de inyecciones en los primeros meses. Esta circunstancia, unida a los problemas de producción de los químicos y al incumplimiento de los contratos por parte de los laboratorios, hace temer a la Unión Europea que no haya una fluidez en el suministro de vacunas antes de diez semanas. El plan de vacunación, en este contexto, se ha revelado como un mero castillo de naipes.

Las autoridades sanitarias están que trinan con las noticias que llegan día tras día. De nada están sirviendo los meses previos de reuniones dirigidas a coordinar los planes de vacunación si las empresas farmacéuticas no envían las dosis incluidas en los contratos. El cuello de botella, símil usado por los dirigentes para explicar el atasco en el suministro, es una generosa imagen para la dimensión que está adquiriendo la escasez. El lío es extraordinario. En España, las comunidades autónomas, autoridades delegadas en materia de salud durante el segundo estado de alarma, presionan al Gobierno central que, a su vez, presiona a la Comisión Europea que, a su vez, en su papel de interlocutor, presiona a los laboratorios.

La última polémica no ha dejado de subir de decibelios en los días previos al veredicto de la Agencia Europea del Medicamento (EMA) sobre la fórmula de AstraZeneca y Oxford, programada para hoy. La Comisión Europea arremete contra la empresa química, a la que le atribuye un trato de favor con el Reino Unido. El laboratorio señala lo firmado en los contratos, también Europa. No dejará de haber acusaciones cruzadas en tanto los términos contractuales no se hagan públicos, algo que, según las fuentes consultadas, lo impide una cláusula de confidencialidad incluida en el contrato.

La UE había firmado en agosto con el laboratorio 300 millones de dosis con opción a otros 100 millones, pero ha avisado de retrasos en la producción en sus fábricas de Países Bajos y Bélgica. La del Reino Unido, sin embargo, va como un tiro.

Recomendación del nuevo fármaco

Había muchas esperanzas depositadas en la vacuna de AstraZeneca, la tercera que se administrará en Europa a partir de hoy si no surge una sorpresa de última hora. Con unas condiciones de conservación y de transporte más manejables que los fármacos de Pfizer y Moderna, Europa ideó un ambicioso calendario de vacunación para los próximos meses, vuelta a la normalidad incluida. Pero nada. A la reducción en el suministro de dosis se añaden ahora las limitaciones en la población diana a la que inyectar.

La farmacéutica y experta en vacunas Raquel Carnero explica, después de haber tenido a la ficha técnica, que el preparado de Oxford no está indicado para los mayores de 70 años. El Gobierno alemán, por su parte, opta por no hacerlo a las personas mayores de 65 años, en tanto lo niega Reino Unido. El argumento en ambos casos es la inexistencia de la suficiente evidencia científica, puesto que el ensayo clínico publicado por la farmacéutica se ha centrado en una población entre 18 y 55 años.

Esta circunstancia, de hacerse real una vez que obtenga la licencia y se publiquen las condiciones de vacunación precisas, obligaría a la UE a depender exclusivamente de las inestables vacunas de ARN mensajero –Pfizer y Moderna– para inmunizar a una importante proporción de la población incluida en primera etapa del plan de inmunización: residentes de los geriátricos, personas dependientes y, sobre todo, el último grupo aprobado por las autoridades para la próxima fase, los mayores de 80 años.

La campaña para inmunizar al 70% de la población en verano, proclamado a los siete vientos por las autoridades sanitarias autonómicas y estatales, es en este instante una quimera. Un "castillo de naipes", expresa por su parte Carnero. Esta experta en vacunas lamenta la opacidad de los contratos, además del retraso en los actuales suministros. "El problema, que está provocando la reacción de las autoridades europeas, es que el acuerdo de la UE y los laboratorios incluía la financiación de la investigación y la fabricación, no solamente de la compra. Y ahora nos vemos esperando en la cola de la carnicería", refiere Carnero, citando a la comisaria de Sanidad, Stella Kyriakides.

El escenario no está para bailar una bachata. La UE atisba un frenazo al ansiado fin de la pandemia con respecto a la fecha prevista. El Gobierno alemán dio además la puntilla al estimar que la actual situación de pocas dosis puede prolongarse unas diez semanas. "Al menos durante diez semanas persistirá la escasez. Tenemos que afrontarlas de forma conjunta, tal como reclaman de nosotros los ciudadanos", apuntó ayer el ministro de Sanidad alemán, Jens Spahn, en unas declaraciones recogidas por Efe.

Más que sintetizar la vacuna, avanzaban los virólogos en verano, el problema serán los planes de vacunación. Y aquí están.

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