Olmedo cree que el acusado en el crimen de Almonte mató a su ex pareja y su hija
Los peritos creen que el cambio de versión se debe a un episodio de estrés postraumático
Marianela Olmedo, ex mujer y madre de Miguel Ángel Domínguez y María Domínguez, respectivamente, asesinados en abril de 2013 en el domicilio en el que ambos residían en Almonte, pasó de creer en la inocencia de Francisco Javier Medina, único acusado y pareja suya en el momento de los hechos a desmarcarse de sus convicciones iniciales y dar por hecha su culpabilidad como autor material del doble crimen.
Así se desprende de una conversación telefónica mantenida por la propia Marianela Olmedo y una amiga unas horas después del ingreso en prisión del procesado. Olmedo confiesa a su interlocutora que no cree que Medina sea el autor del crimen. Un convencimiento que se esfumó en los meses posteriores tal y como constatan en sus testimonios los dos peritos psicólogos que trabajaron con ella durante la investigación, quienes declararon que Marianela definió al presunto autor como "el peor percance que le ha pasado en la vida" al estar convencida de que "es el autor de los hechos".
En la conversación, datada a las 12:25 del 28 de junio de 2014, Olmedo, afectada, asegura a su interlocutora que "la justicia se ha equivocado". "Es muy fuerte. Es que por lo que lo han metido no se puede meter a una persona", afirma al mismo tiempo que admite sentirse impotente "porque también estoy en el ojo del huracán", y pide a su amiga que vaya a verlo a prisión para decirle "cómo estoy, lo que lo quiero y que lo voy a esperar toda la vida", convencida de que "no es él".
En octubre de 2015, sin embargo, la certeza de Olmedo dio un vuelco. Uno de los peritos psicólogos que trató a Olmedo declaró que, debido al estrés postraumático tras los hechos, sufría "amnesia disociativa", es decir, que no podía recordar con claridad lo ocurrido la noche de sendos asesinatos. El psicólogo dijo que "ya no se encontraba segura" de que el detenido "saliera junto a ella" del lugar donde trabajaban ambos el día de los hechos, así como que el coche de éste "no estaba aparcado en el mismo lugar en que lo había dejado cuando entraron a trabajar".
El otro perito psicólogo expuso que "se sentía muy mal por la traición" de Medina por un sentimiento de culpa acrecentado, ya que, "si no le hubiera conocido", los hechos no se habrían producido, estaría ella divorciada y su ex pareja e hija vivos.
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