Andalucía

La caída del Castañita descabeza la mayor red de hachís de España

  • Antonio Tejón ingresa en la cárcel por tráfico de drogas, pertenencia a banda criminal y blanqueo

Un espectacular despliegue policial formado por más de un centenar de agentes logró detener el miércoles por la noche en La Línea de la Concepción a Antonio Tejón Carrasco, alias Castañita, líder junto a su hermano Francisco del principal clan que introduce hachís de Marruecos en España a través del Campo de Gibraltar.

El arresto, logrado tras 19 meses de fuga de las autoridades y varios intentos policiales fallidos para apresarle, descabeza a la trama y supone un importante éxito policial que permite a las fuerzas de seguridad reforzar su mensaje a las redes delictivas de que el cerco cada vez es más estrecho.

Más de un centenar de agentes participaron en el operativo apoyados por un helicóptero

Tras pasar la madrugada del jueves en los calabozos de la Comisaría de la Policía Nacional de La Línea, Tejón fue conducido a mediodía de ayer al Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de la ciudad, que ordenó su ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza, por delitos de pertenencia a organización criminal, blanqueo de capitales y tráfico de droga. El Castañita se acogió a su derecho a no declarar.

Con Antonio Tejón ya en la cárcel algecireña de Botafuegos, cae la mitad de la cúpula de Los Castañitas. Él y su hermano lograron eludir una macrorredada (la operación Ronal) que a finales de 2016 permitió la detención en Cádiz y Marruecos de 30 miembros de la banda que encabezaban. Ambos pudieron huir y refugiarse en Marruecos.

Tras la emisión de la orden de busca y captura internacional, hace ahora un año, la Policía detuvo a Antonio en un hotel de la ciudad marroquí de Tetuán cuando se iba a encontrar con su mujer. Su extradición a España no llegó a producirse por cuestiones burocráticas, lo que aprovechó para volver a escapar.

Según las autoridades, los dos regresaron a La Línea en una narcolancha y desde entonces permanecían refugiados en la ciudad. Antonio Tejón había logrado desde su vuelta a La Línea dar esquinazo a la Policía en varias ocasiones hasta la noche del miércoles. Hace apenas tres semanas, Antonio y Samuel Crespo -el narco de esta misma red delictiva liberado en febrero en el asalto al hospital- escaparon por los pelos de los agentes saltando por los tejados de una barriada de la ciudad.

Para evitar una nueva evasión, la Policía Nacional calculó al milímetro el operativo desplegado en la noche del miércoles por el barrio de San Bernardo. Estuvo compuesto por un centenar de agentes para cercar el intrincado laberinto de callejuelas de la barriada y evitar altercados. Además, tomó parte un helicóptero que voló durante horas casi rozando los tejados para abortar que, como en ocasiones anteriores, el Castañita se esfumase. El arresto se consumó sobre las once de la noche en una actuación limpia y a la que Tejón no opuso resistencia, según explicó el comisario del Cuerpo Nacional de Policía en La Línea, Francisco López, que indicó que la operación sigue abierta para tratar de localizar a su hermano Francisco.

En el operativo participaron agentes de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (Udyco) de la comisaría de La Línea y el Grupo de Respuesta Especial contra el Crimen Organizado (Greco) de la Costa del Sol. Para el éxito de la intervención policial también resultó clave la labor de los agentes del Grupo de Operaciones Especiales y de Seguridad (GOES) así como de los agentes de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR).

El clan de Los Castañas comenzó como ladronzuelos de poca monta en La Línea. Después robar mercancía a contrabandistas de tabaco de la ciudad, hace casi dos décadas dieron el salto al tráfico de hachís, mucho más rentable. Para el contrabando de tabaco desde Gibraltar utilizaban lanchas, aunque tuvieron que hacerse con embarcaciones potentes para traer la droga desde Marruecos.

En todos estos años han introducido incontables toneladas de hachís y se les atribuye una cuota de mercado que, según varias fuentes, alcanzaría el 80%. El poder y los ingresos se traducían en un alto tren de vida: los mejores hoteles de Marbella, yates de lujo o palcos privados de importantes partidos de fútbol. Las millonarias ganancias que les ha reportado el narcotráfico han sido lo que ha permitido a la Justicia llegar hasta ellos.

La sensación de impunidad alcanzada por el clan tuvo su máxima expresión el pasado febrero, cuando una veintena de miembros de la organización asaltaron el hospital de La Línea para liberar a Samuel Crespo, que había sido detenido tras sufrir un accidente cuando huía de la Policía y se encontraba en el centro sanitario custodiado por dos agentes. Crespo es precisamente primo de la mujer de Antonio Tejón, al que se considera autor intelectual del asalto al hospital.

El primer golpe de las autoridades al grupo, el de la ya citada operación Ronal a finales de 2016 con una treintena de arrestos de los escalafones inferiores a los hermanos Tejón, sirvió para evidenciar el entramado de bienes y lujo que habían logrado poner en pie con el tráfico de drogas a lo largo de los años. Los agentes registraron entonces 21 domicilios y naves en el Campo de Gibraltar y se incautaron de una tonelada de hachís, 350.000 euros en efectivo, 16 vehículos, tres embarcaciones semirrígidas, varias armas de fuego, 17 inmuebles por valor de tres millones de euros y bloqueado 24 cuentas pertenecientes a diferentes personas físicas y jurídicas.

Los escalafones inferiores de la red tenían orden de embestir a cualquier vehículo que intentara su interceptación, ya fueran integrantes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad o de cualquier otra organización que pretendiera sustraer la droga.

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