El Ayuntamiento de Marbella decretó ayer tres días de luto por el fallecimiento de un niño dos años que el lunes perdió la vida tras precipitarse días antes por el hueco de una barandilla en la vía pública, donde faltaba un barrote, desde una altura de tres metros.

El accidente se produjo sobre las 15:00 del viernes, cuando el padre del menor, un policía local destinado en San Pedro Alcántara, fue a recoger a su hijo a la guardería. El pequeño se separó de su progenitor justo cuando este preparaba la sillita del coche, con tan mala suerte que se precipitó al vacío a través del hueco de la barandilla.

"Iba a entrar al bar cuando vi al padre pidiendo ayuda y al niño con sangre en la cabeza. Me puse muy nerviosa y paré al primer coche que pasaba por aquí y él se lo llevó al hospital", explica Carmen Rodríguez. Esta cordobesa, que disfruta de unos días de vacaciones en la localidad, fue la primera en socorrer a la familia.

Fue un vecino de la zona quien trasladó al padre y a su hijo hasta el Hospital Costa del Sol. Más tarde, y ante la gravedad, el menor fue trasladado en helicóptero hasta el Hospital Materno Infantil, donde ingresó el mismo viernes por la tarde en la Unidad de Cuidados Intensivos en estado muy grave.

Los vecinos de la zona denuncian que la barandilla por la que cayó el menor llevaba rota más de tres años. Además, los habitantes del barrio marbellí de La Patera critican la tardanza del Ayuntamiento en asegurar el hueco de la barandilla. "Desde que ocurrió el viernes sólo se ha puesto una cinta de la Policía Local y con eso se podría haber caído otro niño. Hasta hoy que han puesto una valla", señala una vecina.