"No se puede asumir la violencia en las actuaciones del SAT"
Uno de los fundadores del Sindicato de Obreros del Campo critica la intimidación contra la cajera del supermercado de Écija como algo ajeno a la mentalidad y comportamiento del movimiento jornalero
Francisco Casero (Marchena, 1948) emigró con sus padres a Menorca cuando tenía 10 años. En 1972 volvió a Andalucía y en los años siguientes participó en el movimiento jornalero que fundó el Sindicato de Obreros del Campo.
-El SOC se crea tras la muerte de Franco.
-El día en que se murió Franco estábamos reunidos en casa de Antonio Torres, en Sevilla. Ese día le pusimos el nombre.
-Pero no era la primera reunión.
-La primera reunión fue en Los Salesianos de Sanlúcar La Mayor, en 1973. Entonces existían las Comisiones de Jornaleros. Dimos un salto al ponerle Sindicato de Obreros del Campo. La base inicial aglutinaba gente de Lebrija, Morón, Posadas y Marchena, a la que después se sumó la Sierra Sur de Sevilla, con el cura Diamantino: Los Corrales, Martín de la Jara, Osuna.
-Nada que ver con Comisiones Obreras. Detrás de aquello el Partido del Trabajo.
-Nada que ver con CCOO. Lebrija tenía mucha importancia. Fue el pueblo que más se movilizó. Hubo doce huelgas generales en un solo año.
-Una contestación que se terminó en un momento dado.
-Se repartieron 1.100 lotes de tierra entre Las Cabezas y Trebujena, lo que significó un gran impulso a la economía de la zona. Son 1.100 familias con trabajo, produciendo algodón, tomates...
-¿Cómo se hizo?
-En febrero del 78 se hizo una ocupación simbólica de la marisma y a partir de ahí se entregaron los lotes de tierra.
-¿Quiénes fundaron el sindicato?
-Entre los primeros estuvieron Gonzalo Sánchez, el bizco Patota, el líder de Lebrija, y Antonio Gómez, de Posadas.
-¿Diamantino llegó después?
-Sí. Hubo gente que no eran jornaleros, como Antonio Torres, que era profesor de universidad. Pero Diamantino además de cura, era jornalero. Iba a la vendimia francesa y todo.
-¿Cuándo se funda el SOC?
-En agosto del 76 en Antequera. Y el primer congreso es en septiembre de 1977 en Morón. Ahí me eligen secretario general y estoy hasta 1984. Del primer congreso sale presidente Gonzalo y del segundo, en Puebla de Cazalla, Diamantino.
-¿Y Cañamero?
-Entra más tarde, muy joven, aunque ya era muy respetado en los tajos.
-¿Cómo conoció a Juan Manuel Sánchez Gordillo?
-En 1977. Estuvimos en Osuna para una reunión y nos dijeron que había personas de Marinaleda que habían oído hablar del SOC y querían que fuésemos a explicar lo que era el sindicato. Fue la primera reunión política que se hacía allí después de la Guerra. Nos reunimos en un parque infantil.
-¿Cómo surgió la relación?
-Antes de irnos pedí que alguien se quedara encargado de los contactos en el pueblo. Y una señora dijo "éste, que es maestro y sabe más, tiene más conocimientos".
-¿Y fue cumplidor?
-Era muy joven. Se implicó desde el principio. No existían los móviles, pero él estaba perfectamente conectado. Y asumió las directrices de la organización.
-Por ejemplo...
-Incorporamos la no violencia al movimiento obrero. Nunca hubo incidentes en nuestras tomas de tierras, marchas o encierros. Yo empecé con las huelgas de hambre. Ese respeto total hacia las personas nos granjeó la simpatía de la población.
-Pero este verano el SAT, heredero del SOC, hace unas acciones en las que genera mucha polémica.
-Hay un día con dos actuaciones en supermercados, uno en Écija y otro en Arcos. En Arcos está Cañamero, se llevan 12 carros y no pasa nada. La acción que tiene impacto es la de Écija, en donde por cierto Sánchez Gordillo no estaba, porque llegó tarde. Si hubiese estado allí a lo mejor no se habrían producido los incidentes.
-¿Qué pensó cuando lo vio por televisión?
-Me quedé muy preocupado cuando vi los empujones a la dependienta; y se lo he dicho a Sánchez Gordillo. La violencia no ha estado jamás en nuestra mentalidad. No se puede asumir. Una cuestión es entrar y llevarse comida. Y otra muy distinta hacerlo a la fuerza.
-¿Y que piensa de las críticas a Sánchez Gordillo?
-Las acciones son una decisión del sindicato. Se puede estar de acuerdo o no, pero no se le puede criminalizar tampoco a él. Esperanza Oña en el debate del Parlamento dijo barbaridades. Yo lo que le he pedido a Juan Manuel es que le preste más atención a su cooperativa, porque ese es su gran proyecto y si no se ocupa puede correr riesgos.
-¿Le ha aconsejado que deje el Parlamento?
-Creo que su trabajo parlamentario no aporta y en un proyecto de tanta entidad para Marinaleda haría falta un esfuerzo para consolidarlo. Si no, se le puede venir abajo.
-Y sobre la puesta en escena, ¿qué me dice?
-Cuando lo vi en Telecinco, me pregunté qué hace Sánchez Gordillo en un programa de televisión que no es nada serio. Eso jamás se había hecho. Se salía por completo de la ética y la dignidad de comportamiento de la gente del campo. No se puede ir a un programa que lo que busca es sangre. Y esto confunde. No nos hemos enterado del fondo de la protesta.
-¿El fondo?
-No sabemos qué plantea el sindicato, qué piden. Y sería útil, porque la situación no es nada buena.
-¿Qué puede pasar?
-La crisis ha generado una tensión nada deseable, que puede afectar a la convivencia andaluza. Pero no hay respuesta alguna de la clase política. En los 70 los políticos eran más sensibles.
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