Una de cada tres familias no puede mantener su casa fresca en verano, según un informe de Greenpeace

La organización alerta de que la pobreza energética se duplica en verano y alcanza al 53% de los hogares vulnerables

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El interior de una vivienda tomadas con cámara termográfica
El interior de una vivienda tomadas con cámara termográfica

Sevilla, 22 de julio 2025 - 13:22

Las olas de calor no se viven igual en todas partes. Según el informe que Greenpeace presenta en colaboración con Ecodes, el 34% de las familias españolas no logra mantener su casa a una temperatura adecuada durante el verano, frente al 17,6% que sufre esta situación en invierno. Una brecha estacional que se agrava entre los hogares vulnerables, donde la cifra asciende hasta el 53%.

Bajo el título Somos más pobres en verano, el estudio denuncia el impacto creciente de la pobreza energética estival en la salud y el bienestar de las familias, con especial incidencia en comunidades como Murcia, Madrid, Andalucía y Cataluña. Entre los hogares en situación de vulnerabilidad, destacan Melilla, Madrid, Castilla-La Mancha y Extremadura.

"Nuestras casas se convierten en radiadores"

La organización ecologista ha documentado con cámaras termográficas escenas alarmantes en viviendas de Madrid, Málaga y Valencia: superficies interiores que alcanzan hasta 48º C por el deficiente aislamiento de paredes, ventanas y cubiertas. “Nuestras casas, que deberían protegernos, se convierten en radiadores permanentes en verano”, ha advertido María Prado, responsable de campañas de Clima y Energía de Greenpeace España. Según la activista, el 95% del parque residencial español presenta graves deficiencias térmicas.

El informe también pone el foco en el régimen de tenencia de la vivienda: el 77% de las familias vulnerables vive de alquiler, lo que dificulta la posibilidad de acometer reformas estructurales para mejorar el aislamiento y la eficiencia energética.

“Aunque asociamos pobreza energética al invierno, hay muchas más familias que no pueden mantener su vivienda fresca en verano”, explica Prado. “Quien puede, paga más de lo que debería por enfriar su casa con energía cara, sucia y contaminante; quien no, se ve condenado al infierno estival también dentro de casa”.

Greenpeace exige al Gobierno una rehabilitación masiva del parque de viviendas, centrada en el aislamiento y el uso de energías renovables. Reclama además que se deje de financiar a los combustibles fósiles para destinar esos recursos a soluciones sostenibles y justas. “El calor también mata. Estamos ante una emergencia de salud pública y social. Dinero hay, soluciones también. El Gobierno debe actuar ya”, concluye Prado.

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