FERNANDO RUIZ MONEDERO | OBITUARIO

Un hombre bueno entre Sevilla y Roma

  • Fallece el pintor sevillano Fernando Ruiz Monedero, un artista independiente de personalidad singular comprometido con la belleza 

Fernando Ruiz Monedero en la Alameda de Hércules.

Fernando Ruiz Monedero en la Alameda de Hércules. / Juan Carlos Vázquez

Fernando Ruiz Monedero (Sevilla, 1953-2021), pintor figurativo y una persona buena, ingeniosa y muy querida en la ciudad, ha fallecido esta madrugada en el Hospital Virgen del Rocío. Hermano del Cachorro desde la infancia, será despedido hoy en la iglesia trianera, en el corazón del barrio donde nació y al que siempre le fue fiel en su afecto pese a que su familia se instaló en Nervión cuando él cumplió cuatro años. En los últimos años vivía junto a la calle Feria con su esposa Sira Pedroche, muy cerca de la Plaza de Zurbarán donde mantuvo su estudio varias décadas.

Descubrió la pintura gracias a su tío Manuel Monedero, un pintor en la órbita de Romero Ressendi, y comenzó a ejercerla ya en la madurez. Fue una vocación tardía a la que se dedicó en cuerpo y alma aunque durante años la combinó con su trabajo como funcionario del Ayuntamiento de Sevilla, donde forjó grandes amistades con artistas como Manolo Cuervo y poetas como Pepe Serrallé y José Luis Ortiz Nuevo.

Ruiz Monedero participó en proyectos culturales de la Transición, como la galería M-11, a instancias de sus amigos e impulsores Manuel Salinas y Quico Rivas; y posteriormente desde el Ayuntamiento y el Real Alcázar promovió a los artistas sevillanos y sirvió de puente entre la administración y la creación independiente. Su pasión era la pintura antigua, la luz de Velázquez, la figuración de Murillo y los claroscuros de Caravaggio, al que descubrió en Roma, la ciudad a la que volvía cada año y donde quería instalarse ahora que acababa de jubilarse.

Comenzó practicando una pintura de estética cercana al pop en series donde revisaba el cómic de los años 50 combinándolo con bodegones. Posteriormente, inspirado por los hallazgos que hacía en sus constantes viajes por Inglaterra e Italia, se decantó por el retrato figurativo. Una de sus series más conocidas, integrada por dibujos de pies femeninos, se expuso en Pekín y en la galería de Félix Gómez.

Persona de amplios intereses culturales, gran conocedor de Sevilla, generoso con las causas solidarias (ya las cursara la Fundación de Estudios Taurinos o una ONG), tuvo que despedir prematuramente a su amigo Rolando Campos (que falleció en sus brazos en Marruecos en 1998, en un viaje que realizaron con Félix de Cárdenas y Haroldo Lorite) y ahora, en el año en el que también nos dejó su querido Manuel Salinas, son muchos los artistas, amigos y parroquianos que le llorarán a él.

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