HOGAR

Cinco pecados capitales a la hora de usar la secadora

Toallas en el interior de una secadora

Toallas en el interior de una secadora / PIXABAY

Se acabó el calor y empieza el ciclo de lluvias otoñales. Un río atmosférico empujará en los próximos días un tren de borrascas y dejará mucha lluvia en España. Avisados estamos. Ahora sí toca empezar a realizar el cambio de ropa en armarios si no queremos encadenar episodios de resfriados y a tener mucha agilidad y paciencia con las lavadoras y los tendederos si queremos tener la indumentaria de trabajo o colegio a tiempo. Eso, o a apostar definitivamente por un electrodoméstico cada vez más útil y necesario: la secadora

Sólo un 27% de consumidores tiene una secadora en casa, según la OCU

Porque sólo un 27% de consumidores tiene una secadora en casa, según una encuesta de uso y fiabilidad de electrodomésticos de la OCU. Y en los días que se avecinan a más de uno le va a hacer mucha falta, una seca esta secadora portátil, ideal para los días de lluvia en espacios reducidos

Ahora bien, esto de tener una secadora no puede convertirse en algo como si un niño tuviera un juguete nuevo y le da cualquier uso. La secadora, bien utilizada, es de los electrodomésticos a los que más partido se le pueden sacar y de los que más apuros te pueden librar, sobre todo en temporada de otoño-invierno, pero, ojo, porque un mal comportamiento a la hora de manejarla puede terminar destrozando un producto que requiere de una notable inversión dentro de la economía familiar. Estos son cinco pecados capitales a la hora de usar la secadora.

Comprar una secadora sin mirar la etiqueta energética

Si vas a comprarte una secadora, antes incluso que el precio, lo que debes comprobar es la etiqueta de eficiencia energética que tiene. Todo lo que no sea una categoría A deberías desecharlo, aunque sea más cara. La razón la explica perfectamente la OCU. "Una secadora eficiente consume 1,2 kWh por ciclo mientras que una poco eficiente gasta 2 kWh. Esto significa que te puedes ahorrar un 44% del gasto en energía si eliges bien".

Meter ropa con manchas

Respecto a la forma en la que metemos la ropa en el bombo de la secadora también existen comportamientos que debes evitar a toda costa. El primero de ellos es meter ropa con manchas. La secadora no es una lavadora y si metes una prenda con manchas, ya puedes olvidarte de quitarla. El aire caliente fijará la mancha y será (casi) imposible eliminarla.

Mezclar diferentes tejidos

Una joven saca las sábanas de la secadora y percibe que su fragancia se mantiene Una joven saca las sábanas de la secadora y percibe que su fragancia se mantiene

Una joven saca las sábanas de la secadora y percibe que su fragancia se mantiene

En segundo lugar en la secadora, al igual que en la lavadora, no todo se puede meter junto. No hablamos ya de temas de colores, pero sí de tejidos. Porque cada material requiere una temperatura y velocidad diferentes para su secado.

Llenarla con demasiada ropa

El tercer aspecto que debemos tener muy en cuenta a la hora de poner la secadora es no exceder el límite de ropa que se introduce en el bombo de la secadora. Siempre será mejor poner más veces a funcionar la secadora, aunque gaste más energía, que forzarla acumulando ropa porque esta puede salir más arrugada y húmeda o el electrodoméstico estropeado.

Dejar las prendas dentro de la secadora

Por último, la lista de pecados se cierra con un despiste o exceso de comodidad que se produce a veces (demasiadas) en los hogares. Ponemos el electrodoméstico en marcha y no cerramos el ciclo de recogida de utensilios (ya sean platos o ropa) hasta pasadas varias horas ¡Error! Lo ideal es sacar la ropa nada más terminar el programa de secado. Esto ayudará a que la ropa no vuelva a humedecer y absorba mal olor.

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