Ambición desde la dirección
Rocío Atienza Jurado. Presidenta y ex jugadora del Waterpolo Dos Hermanas
Los éxitos deportivos suelen fraguarse desde las raíces, desde el punto de arranque de un proyecto, desde la unión perfecta de todas las piezas que forman esa denominación de equipo. El Waterpolo Dos Hermanas se ha convertido en los últimos años en toda una referencia, en un club que trabaja con mentalidad ganadora y una filosofía puramente familiar. En la presidencia del club se encuentra una mujer que conoce mejor que nadie sus entresijos. Rocío Atienza fue jugadora y ahora dirige al único club nazareno que se encuentra en la máxima categoría del deporte femenino.
Una de las principales ilusiones esta temporada es la presencia de Waterpolo Dos Hermanas femenino en la División de Honor nacional. Rocío es consciente de la importancia de tener al equipo en la élite y de la dificultad que conlleva enfrentarse a los mejores clubes de España: "Estamos muy contentos de tener al equipo ahí y se presenta una temporada ilusionante desde ese punto de vista. Esperamos pelear con los mejores". Sobre ello, no duda en el potencial de la plantilla nazarena: "Mari Cruz ha sido baja por maternidad, ella era la máxima goleadora la temporada pasada, pero ha llegado Itziar, que ayudará al equipo en labores defensivas, será una incorporación importante. Además mantenemos en el plantel a Inés y Lisandra, las internacionales con Portugal y Cuba son piezas muy importantes de cara a afianzarnos en la máxima categoría".
Rocío cuenta con emoción los inicios del club: "Fue fundado en 1993, aunque el equipo femenino empezó a jugar en la temporada 96-97 bajo el mando de Rúper Sánchez". Su experiencia en la piscina no deja lugar a dudas: "Estuve ocho temporadas jugando de portera en el equipo, pronto ganamos el primer campeonato de Andalucía y empezamos nuestra participación a nivel nacional". Tras lograr muchos éxitos en el club, Rocío dejó la práctica del waterpolo, aunque siempre supo que su relación con el deporte no quedaría ahí: "A los 23 años dejé de jugar por motivos laborales. No podía compaginar mi labor profesional con la práctica deportiva, era imposible. El waterpolo es un hobbie, es como una familia, pero aparte hay una vida y jugando era difícil unir todas las cosas". Ahora, como presidenta del club, tiene gran parte de las miras puestas en la campaña que comienza el equipo femenino en División de Honor: "El técnico Javi Cortés sigue con nosotros un año más, está haciendo muy buen trabajo, además se encarga también de las escuelas deportivas. Está claro que será difícil estar con los mejores, pero podemos pelear por el quinto puesto, aunque la meta es únicamente mantenerse en la categoría. Ya miraremos más tarde hacia arriba". Para ella, los valores del deporte son claros: "El waterpolo requiere un esfuerzo diario, persistencia y compañerismo, en definitiva somos una familia, uno sin otro no hace nada. También hacemos hincapié en trabajar mucho la cantera, hay gente que promete y algunos juveniles ya estarán con el primer equipo". En un deporte menos mediático que otros, Rocío reconoce que el futuro se encuentra en gran medida condicionado al apoyo que se pueda recibir en forma de patrocinios: "Es el requisito indispensable, hay que seguir trabajando para el club y buscar siempre financiación; Emasesa nos apoya desde el año pasado y esto nos ha permitido dar un gran salto de calidad en el equipo".
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