La operación salida se ha convertido en una de las preocupaciones para la dirección deportiva bética, pese a que desde un principio se transmitió que sería un asunto que requeriría paciencia. Y es que el Betis tampoco está dispuesto a desprenderse de sus jugadores a cualquier precio, por más que no entren en los planes del próximo año. Así ha ocurrido con Digard, por el que ha llegado la única propuesta en firme que se ha recibido en las oficinas de Heliópolis hasta el momento. El Angers, de la Ligue 1, ha pretendido contar con el centrocampista francés, que mantiene cartel en su país, pero su primera propuesta ha sido rechazada, al considerarse insuficiente.

A Digard, como ocurre con Van der Vaart, Portillo y Dani Pacheco, le quedan dos años de contrato, lo que dificulta su posición en el mercado. Además, el francés llegó con la carta de libertad procedente del Niza, con lo que sus emolumentos son elevados, lo que, unido a las lesiones sufridas en las dos últimas temporadas, complica su salida.

En el club verdiblanco se mantiene el convencimiento de que todas las salidas previstas se irán acometiendo con el paso de las semanas, aunque confía en no sobrepasar el límite económico que se marcó en un principio. La idea es que los descartes dejen hueco en la plantilla para las nuevas incorporaciones, tanto en los derechos federativos como en el tope salarial fijado por la Liga de Fútbol Profesional.

Al igual que con los descartes ya anunciados en su momento por Miguel Torrecilla, el club también valorará en los próximos días la situación de los cedidos que finalizaron el pasado fin de semana la temporada en Segunda. Todos tienen contrato en vigor, por lo que se encuentran a la espera de una comunicación oficial del club verdiblanco para conocer sus planes de futuro. Más tarea para un Torrecilla al que le queda un mes frenético por delante hasta el comienzo de la pretemporada.