Cuando hay un partido de este calibre, no solo se juega en el campo. La grada también juega su particular derbi, los amigos y familiares con las típicas bromas y, por supuesto, el banquillo, donde Julen Lopetegui le gana el duelo a Manuel Pellegrini.

El técnico sevillista se sentará en el banquillo por sexta vez para dirigir a su equipo en un derbi y aún no conoce la derrota, acumulando cinco victorias y un empate. Los dos primeros triunfos fueron ante el Betis de Rubi, al que gano tanto en la ida como en la vuelta. Ya con Pellegrini en Heliópolis, empato uno y venció dos.

Manuel Pellegrini va por su segunda temporada en el banquillo del Villamarín y todavía no sabe lo que es ganar el derbi. En su primero, jugado en enero de 2021 en el estadio del Betis, consiguió un punto. En el encuentro de vuelta de esa temporada cayó derrotado en el Sánchez-Pizjuán. Ya en la 2021/2022, perdió por 0-2 ante el Sevilla, en el derbi de la primera vuelta disputado en noviembre.

La posesión, el alimento de cada equipo

Hay equipos que basan su juego en estar replegados sin balón y salir rápido a la contra cuando recuperan la posesión pero no es el caso ni de Betis ni de Sevilla. Los dos conjuntos de la ciudad se sienten cómodos en el partido cuando tienen la posesión y esa es su manera de dominarlo. Tener la pelota en campo rival y hacer una rápida e intensa presión post pérdida cuando se pierda para recuperar cuanto antes e iniciar un nuevo ataque es el objetivo de cada equipo.

En el derbi de Liga el Sevilla fue quien dispuso más de la pelota (con un 66% de posesión hasta la expulsión de Guido, luego aún más) y dominó claramente la contienda. El Betis no arriesgaba en la salida de balón y en muchas ocasiones lo 'regalaba'. En este partido, con la pareja de centrales que podría ser Édgar-Víctor Ruiz, además de un Carvalho en buena forma, puede que los de Pellegrini le disputen la posesión el Sevilla e intenten llevar la batuta de un encuentro en el que la posesión de balón será clave.