Director de la Regata Sevilla-Betis

Un visionario que lo apostó todo al cambio

Sergio Paredes, junto al remero Noé Guzmán, capitán del bote verdiblanco.

Sergio Paredes, junto al remero Noé Guzmán, capitán del bote verdiblanco. / m. g.

Que la Regata Sevilla-Betis, de honda tradición es la ciudad, se ha revitalizado en los últimos años es una verdad tan cierta como que su director, Sergio Paredes, lleva desde que asumió su organización implicado en cuerpo y alma a tan ardua tarea. Porque el amor que este sevillano siente por el remo y el Guadalquivir hace que olvide los largos días de trabajo sin descanso, que no han sido pocos desde que accedió al cargo en 2013.

Paredes fue el gran artífice del cambio de recorrido que se aprobó en la 47ª edición y que despertaba los recelos, incluso las críticas, de propios y extraños.

"En mi primer año como gerente de la Federación Andaluza de Remo le comenté al presidente, Javier Cáceres, que la Sevilla-Betis se había alejado de la ciudad, que no se podía seguir íntegramente por los aficionados a pie o en bicicleta y que tener la meta en el CAR de La Cartuja le restaba emoción. Así que le propuse acercarla al centro histórico, y él me dijo que me pusiera manos a la obra", recuerda.

Lo que comenzó como un reto cargado de ilusión se tornó en una carrera de obstáculos. Las críticas se sucedieron, incluso desde dentro de la Federación. Muchos apostaban por el inmovilismo, recelaban de las reformas e incluso auguraban un gris desenlace.

"El riesgo era altísimo. Estaba dispuesto a dimitir si salía mal. Pero el día de la regata todo fue mejor de lo que podía imaginar. Recuerdo que iba en un barco siguiendo la prueba y que vi a unas 400 personas en una de las gradas. En ese momento pensé 'bueno, por lo menos han venido los que solían estar en la meta en el CAR'. Pero luego vi que la calle Betis estaba llena, que había un montón de personas en el puente de Triana, y lo mejor estaba por llegar. Unas 3.000 personas se concentraron en el Muelle de Nueva York, en la meta, y cuando llegaron los barcos escuché un estruendo impresionante. No pude contener las lágrimas al bajarme del barco", rememora Paredes, aún con emoción.

Aquellas lágrimas simbolizaban el estrés acumulado, las dudas, las intensas jornadas de trabajo, la presión... En una ciudad siempre reacia a cambiar sus tradiciones, la apuesta de este apasionado del remo había resultado ganadora.

"Desde entonces, por suerte, hemos seguido creciendo, gracias también al apoyo del Ayuntamiento de Sevilla y de la Junta de Andalucía. La satisfacción porque vayamos a más es increíble", reconoce el hispalense.

Fiel a su apuesta por la evolución y la implantación de mejoras, Sergio y su equipo han atendido una demanda histórica hacia la Sevilla-Betis: que los botes femeninos recorran la misma distancia que los masculinos. Ésta es, sin duda, uno de los grandes reclamos de la 51ª edición, que confía en que, al darle mayor visibilidad a las remeras, dentro de un par de años sean muchas más las mujeres que aspiren a recorrer el Guadalquivir defendiendo los colores del Betis o del Sevilla.

"Debíamos apostar por la igualdad, porque las mujeres se lo han ganado con su entrenamiento diario. Espero que sea una regata disputada, emocionante hasta los últimos metros. Es otra apuesta arriesgada, pues a día de hoy no es fácil inscribir a 16 chicas de nivel de selección española, pero en algún momento había que romper el círculo", explica.

Así las cosas, Sergio Paredes cuenta los días para que los sevillanos vuelvan a vibrar con su regata mientras cruza los dedos para que no llueva. "Desde que estoy en el cargo siempre ha hecho bueno. Esperemos que el tiempo nos respete", desea. Seguro que el sol también quiere su protagonismo.

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