La paradoja del actual Sevilla es que está firmando una temporada histórica y que puede quedarse con un premio menor al final de la temporada. Con la Liga Europa prácticamente atada y bien atada, dado que ha dejado al Málaga a 16 puntos a falta de ocho jornadas, la Liga de Campeones se presenta como el gran aliciente para seguir sumando como está haciendo hasta ahora el equipo de Unai Emery, por méritos propios el hombre de las marcas. El entrenador sevillista ha dado con la tecla nuevamente y está mejorando las prestaciones de su plantilla pese a las salidas de hombres que eran fundamentales, como Rakitic y Fazio, o titulares si no imprescindibles, como Alberto Moreno. Una prueba es que el curso pasado a estas alturas el Sevilla acumulaba 50 puntos, 11 menos que esos 61 que presenta ahora como la mejor marca del club en toda su historia en la jornada 30 del campeonato.

Pero las desigualdades de la Liga y la tremenda pujanza de los cinco de arriba, con el Sevilla como tozudo perseguidor de Atlético y Valencia para admiración de Diego Pablo Simeone, que no deja de echar piropos al equipo de Emery, puede dejar a éste con el escaso botín del quinto puesto.

Simeone elogia al Sevilla una jornada tras otra, quizás sabedor del trabajo que está realizando Emery con una plantilla que económicamente mucho más barata que la suya o la del Valencia. Y puede que lo haga también porque debe ser difícil convencer a un grupo de futbolistas de salir a competir por todo a sabiendas de que el cuarto puesto está más caro que nunca. Si jamás de los jamases el Sevilla ha acumulado después de treinta partidos ligueros 61 puntos (gracias a 19 victorias y 4 empates por sólo 7 derrotas), tampoco se ha dado el caso hasta ahora de que un equipo que se haya clasificado para la Champions como cuarto llevase a estas alturas tal cifra. El curso pasado, el Athletic llevaba 56. Un año antes, la Real Sociedad, 51, y el curso anterior, el Valencia terminó tercero con los mismos 61 puntos que ahora lleva el Sevilla.

Incluso en las dos grandes temporadas históricas en la que el Sevilla se clasificó directamente para la Champions como tercero llevaba menos puntos que ahora. En la 06-07 acumulaba 55 y era segundo, aunque terminó tercero con 71. Y en la 08-09 sumaba 57 para concluir en el mismo tercer puesto que presentaba en la jornada 30.

Repasando las clasificaciones históricas, sólo el Betis en la temporada 96-97 llevaba 62 puntos y era tercero en la jornada 30, aunque finalmente lo adelantó en ese tercer puesto el Deportivo por el goal average particular al terminar con los mismos 77 puntos (en 42 partidos, por ser la Liga de 22 equipos). Ninguno de los dos se clasificó para la Champions, que entonces era coto cerrado del primero y el segundo clasificado: Madrid y Barcelona, que terminaron con 92 y 90 puntos y llevaban a estas alturas 71 y 62 puntos.

Hoy juega en San Mamés el Valencia y todos los sevillistas tendrán los ojos puestos en ese partido. Una derrota visitante deparará el empate a puntos con el cuarto, aunque los chés seguirían en posesión de ese puesto por el goal average particular. Tal es la dureza del campeonato por arriba.

Unai Emery, pese al lunar negro del ostracismo que sufren dos jugadores de talento como Iago Aspas y Deulofeu en la fase decisiva, está sabiendo dosificar los esfuerzos y mostrar distintas variantes tácticas de un equipo que lo mismo se mueve al son de Banega que busca el juego directo con la referencia de Iborra. Atrás el equipo es fiable pese a que la portería es defendida por un chaval de 21 años. Y las rotaciones arriba también le salen redondas, como demostraron en Valencia Gameiro y Reyes, dos jugadores que quieren recuperar el protagonismo. Independientemente de lo que pase en las ocho apasionantes jornadas que restan, el Sevilla de Emery se ha ganado el derecho a ser recordado como el equipo de los récords.